El Teatro Español de Posguerra: Evolución, Tendencias y Dramaturgos Clave (1940-1970)

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El Teatro Español de Posguerra: Contexto y Primeras Tendencias

Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a los autores más innovadores de la época inmediatamente anterior, como Valle-Inclán, Lorca o Unamuno. Otros muchos se encontraban en el exilio. Mientras en los escenarios europeos se representaban obras muy novedosas, la escena española estaba invadida por un teatro burgués convencional que entroncaba casi con el del siglo XIX, destinado a entretener a un público burgués mayoritariamente conservador. Por otra parte, la censura impedía estrenar obras que supusieran el mínimo cuestionamiento de los valores sociales o morales establecidos. Así continuaría el panorama hasta 1949, año del estreno de Historia de una escalera, de Buero Vallejo, obra que inicia el camino hacia la renovación.

Tendencias Teatrales en los Años 40 y 50

a) El Teatro Continuista

Este teatro, que triunfó ampliamente, acogió una larga nómina de dramaturgos cuyos estrenos se convertían en acontecimientos sociales. Sus características principales son:

  • Son piezas bien construidas, con diálogos fluidos y equilibrio dramático.
  • Se desarrolla en interiores donde reina la comodidad de la clase media, sin problemas económicos aparentes.
  • La intención crítica se centra en costumbres burguesas, pero sin atacarlas violentamente.

La comedia es el género por excelencia de este tipo de teatro.

b) El Teatro Humorístico

Al margen del teatro continuista, sobresalen dos figuras que practicaron una comedia de humor bastante innovadora, en la que integraban lo absurdo con un lenguaje irónico y crítico con las convenciones burguesas.

Miguel Mihura escribió teatro y guiones de cine, y fundó y dirigió La Codorniz, revista satírica en torno a la cual surgiría un importante grupo de humoristas. En 1932, rompió los esquemas del teatro cómico al escribir Tres sombreros de copa. Mihura se burla de los tópicos de la vida burguesa mediante una comedia disparatada, irónica y exagerada, a pesar de su desenlace pesimista.

Del Drama Ideológico al Teatro Realista Social

En el teatro de los años 40, aparece una corriente existencial que, en la década de 1950, evoluciona hacia el realismo social. Sus máximos representantes son:

Antonio Buero Vallejo: El Renovador del Teatro de Posguerra

Antonio Buero Vallejo resume en la evolución de su obra la trayectoria del teatro español de posguerra, ya que sus dramas se han ido adaptando a las distintas corrientes teatrales de este siglo. Todas sus piezas indagan sobre la condición humana.

Etapas de Buero Vallejo:

  • Su etapa existencial comienza con Historia de una escalera (1949), que refleja el mundo gris de unos vecinos con sus ilusiones y fracasos, vidas inútiles enmarcadas por la frustración.
  • Su etapa social se inicia con Hoy es fiesta (1956), en la que se denuncia la miseria y la opresión.
  • Puede hablarse de una tercera etapa en la que intenta una mayor renovación formal, con obras como La fundación (1974), un drama simbólico en el que se denuncia la tortura en las cárceles franquistas.

Alfonso Sastre: El Compromiso Social y la Renovación Dramática

Alfonso Sastre es el máximo representante del teatro social. Su obra se caracteriza por una actitud de denuncia, acompañada por intentos de renovación de las técnicas dramáticas. Fundó el grupo de teatro experimental que llamó Arte Nuevo. Publicó artículos en los que expuso su teoría del teatro como un instrumento de transformación social. Su producción dramática es amplia y aún no se han representado muchas de sus obras, ya que nunca conectó totalmente con el gusto del público. Entre sus dramas destacan Escuadra hacia la muerte (1953) y La mordaza (1954).

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