El Teatro Español del Siglo XX: Valle-Inclán y Lorca
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Valle-Inclán y el Esperpento
Cada grupo está encabezado por un autor fundamental: Valle-Inclán, el primero; y Lorca, el segundo. Valle-Inclán es el autor más importante del teatro español del siglo XX, y uno de los fundamentales de la escena mundial. Su obra sigue una evolución (obras modernistas, farsas...) hasta llegar a su gran creación: el esperpento (Luces de bohemia), una visión grotesca y deformada de la realidad, para descubrir sus aspectos profundos. En el esperpento, Valle-Inclán sintetiza elementos: lo vulgar y lo literario, lo social y lo existencial…
García Lorca y el Teatro del 27
García Lorca es el referente principal del teatro del 27. Su obra es variada, plena de elementos líricos y surrealistas. En su obra dramática se distinguen 3 etapas:
Etapa Inicial (Años 20)
Se caracteriza por la experimentación formal y temática. Lorca busca aún un lenguaje dramático y teatral propio, de ahí la diversidad y heterogeneidad de los títulos de esta etapa:
- El maleficio de la mariposa, de carácter simbolista.
- Títeres de cachiporra, piezas breves para guiñol.
- Mariana Pineda, drama histórico en verso.
- Retablillo de don Cristóbal, también para guiñol.
- Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, farsa de amor trágico.
La obra más importante de esta etapa es La zapatera prodigiosa, ya que anticipa elementos, como la mezcla de verso y prosa.
Etapa Vanguardista (Principios de los 30)
De carácter surrealista, incluye dos obras:
- El público
- Así que pasen cinco años
Etapa de Plenitud (1933-1936)
Lorca se muestra prolífico y consigue un gran éxito con sus obras, en las que es capaz de conjugar el rigor estético con el sentido popular. Las dos primeras obras de esta etapa son Bodas de sangre (1933) y Yerma (1934), que formarían parte de una probable “trilogía dramática de la tierra española” junto a la inédita e inacabada La sangre no tiene voz. A continuación, Doña Rosita la soltera (1935), y por último La casa de Bernarda Alba (1936), asociada a veces a las dos primeras como última de la trilogía, pero que se distancia de aquéllas en su dimensión política y social.