El teatro español entre la tradición y la vanguardia: De Valle-Inclán a Lorca
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Teatro español de principios del siglo XX
Contexto histórico y cultural
A principios del siglo XX, mientras la novela y la poesía se empapaban de las nuevas tendencias europeas, el teatro español se mantenía al margen. Los intentos de innovación se encontraban con el rechazo del público burgués, que buscaba en el teatro un entretenimiento ligero y ajeno a la crítica social. Esta situación creó una división entre el teatro conservador, que triunfaba en los escenarios, y el teatro innovador, que luchaba por abrirse camino.
El teatro conservador
El teatro conservador, con gran éxito de público, se aferraba a la estética realista del siglo XIX. Dentro de esta corriente, se distinguen varios subgéneros:
- Alta comedia: Obras alejadas de la crítica social, con un lenguaje culto, fluido y elegante. Destaca la obra Los intereses creados de Jacinto Benavente.
- Teatro en verso: Heredero de los dramas románticos. Destacan Eduardo Marquina y los hermanos Machado.
- Teatro costumbrista: Reflejo idílico de la vida. Destacan los hermanos Álvarez Quintero.
- Teatro cómico: Similar al costumbrista. Destaca Carlos Arniches, con sus sainetes costumbristas de ambiente madrileño y su obra La señorita de Trevélez, que combina lo cómico y lo trágico.
El teatro innovador
El teatro innovador surge como reacción al teatro conservador. Los primeros intentos provienen de la Generación del 98, con una estética de la desnudez, un mínimo de personajes y una reducción de la ornamentación. Destacan las figuras de Valle-Inclán y la Generación del 27, entre la que sobresale Lorca. Antes de la Guerra Civil, otros autores como Miguel Hernández, Max Aub y Alejandro Casona, autor de Nuestra Natacha, contribuyeron a la renovación escénica. La posguerra trajo consigo una crisis teatral, marcada por las limitaciones creativas y la ausencia de grandes figuras debido a la muerte o el exilio. A pesar de ello, se siguieron cultivando algunos géneros:
- Alta comedia: Con diálogos elegantes y cuidados, que captan el interés del público con temas como el amor. Destaca Enrique Jardiel Poncela, constructor de temas ingeniosos y creador de situaciones cómicas próximas al absurdo, con obras como Cuatro corazones con freno y marcha atrás.
- Teatro cómico: Sobresale Miguel Mihura, con un humor disparatado y poético, que crea un efecto sorprendente en el espectador al combinar situaciones dramáticas con un tono de comedia. Destaca Tres sombreros de copa.
Federico García Lorca
Nacido en Granada, Lorca estudió Letras y Derecho y se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Su vitalidad, compleja personalidad, homosexualidad y trágica muerte lo han convertido en un mito. Fundó La Barraca, un grupo teatral universitario, y su acercamiento al pueblo le acarreó enemistades que lo llevaron a su fusilamiento en la Guerra Civil en 1936. Lorca creía en el poder transformador de la poesía y su teatro está lleno de lirismo y simbolismo. Sus obras se pueden clasificar en:
- Farsas: Teatro cómico, utilizado en obras de guiñol (marionetas) y para actores, como La zapatera prodigiosa.
- Teatro vanguardista: Obras simbólicas y difíciles de representar, con fuertes dosis de surrealismo, relacionadas con su poemario Poeta en Nueva York. Destaca El público.
- Tragedias de tema social: Las más representadas y consideradas la cima dramática de Lorca. Mariana Pineda, de influencia modernista, trata sobre la heroína que murió por defender la libertad. Bodas de sangre (1933), llena de fuerza poética y simbolismo, se basa en un hecho real: una novia que, presa de la pasión por otro hombre, escapa con él el día de su boda. Yerma representa la angustia y frustración de la protagonista por su esterilidad. La casa de Bernarda Alba (1936), la cima de su teatro, condensa las grandes obsesiones del autor: una inevitable fatalidad con raíces sociales como el orgullo de casta y la moral del honor.
Valle-Inclán
Valle-Inclán, escritor extravagante y genial innovador del teatro español, rechazó el realismo burgués y propuso una renovación de la escena. Experimentó diversos métodos a lo largo de su carrera, desde el modernismo hasta el esperpento. Su producción se divide en ciclos:
- Ciclo mítico: Destaca Comedias bárbaras, una trilogía ambientada en Galicia, con personajes faltos de moral que se mueven en un mundo de bajas pasiones, misterio y muerte.
- Ciclo de la farsa: Destaca La marquesa Rosalinda, que opone lo sentimental y lo grotesco con un lenguaje degradado que deshumaniza a los personajes.
- Ciclo del esperpento: El esperpento es una forma de ver el mundo que distorsiona la realidad, utilizando la parodia, humanizando objetos y animales, y animalizando a los humanos. Con esta deformación grotesca, Valle-Inclán critica la sociedad y la etapa histórica. Este ciclo se inicia con Luces de Bohemia, un desfile de personajes zarandeados por la vida, que critica la falsedad y la hipocresía social. Continúa con Martes de Carnaval, compuesto por tres esperpentos. El teatro de Valle-Inclán destaca por sus originales acotaciones técnicas, con descripciones de gran fuerza visual, y un uso magistral del lenguaje, con un amplio registro que incluye la ironía y el sarcasmo.