El Teatro en la Generación del 27: Innovación y Trascendencia de Federico García Lorca
Clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 7,41 KB
El Teatro de la Generación del 27: Lorca y Otros Autores
Contexto Teatral a Finales de los Años 20 y Durante la Segunda República
A finales de los años 20 y durante la Segunda República, el teatro comercial dominaba la escena española. Los empresarios teatrales ofrecían una programación dirigida a un público sin inquietudes estéticas ni intelectuales, con autores como Benavente y el teatro poético. Sin embargo, entre 1930 y 1935, la compañía de la actriz Margarita Xirgu arrendó el Teatro Español de Madrid, llevando a escena las obras de Lorca.
Intentos de Renovación Teatral
Al margen de las estructuras del teatro comercial, se llevaron a cabo intentos de renovación dramática que propiciaron la representación de un teatro con mayores aspiraciones estéticas. Destaca Valle-Inclán en estos grupos innovadores. La vida de estas agrupaciones teatrales independientes fue efímera, como El mirlo blanco (1926-27) y El Caracol (1928).
Las Misiones Pedagógicas y el Teatro Ambulante
Durante la Segunda República, se promovió el acercamiento de la cultura a otros medios sociales a través de las Misiones Pedagógicas, creadas en 1931. Grupos de universitarios desarrollaron campañas de alfabetización, organizaron bibliotecas, museos y representaciones teatrales por los pueblos. El grupo Teatro ambulante o Teatro del Pueblo se encargaba de estas representaciones. Se pretendía encontrar un auditorio cuya sensibilidad no estuviera contaminada por el gusto burgués, y subyacía cierta concepción romántica del pueblo como depositario del antiguo teatro español. Las obras más frecuentes eran las de Calderón, Tirso, Lope de Vega y Cervantes. Entre estas compañías, destacan El Búho (1935-36) y, sobre todo, La Barraca (1932-1936).
Autores Destacados de la Generación del 27
Además de Federico García Lorca, otros autores del 27 como Pedro Salinas y Rafael Alberti crearon obras de teatro. También es importante mencionar a Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura, quienes representaron un teatro renovador y de gran popularidad.
Max Aub
Max Aub, dramaturgo y narrador, escribió numerosas obras teatrales desde principios de los años 20, como Crimen y Una Botella. Entre sus tragedias destacan El celoso y su enamorada y Narciso, y entre sus farsas, Espejo de avaricia. Estas piezas vanguardistas no conocieron el éxito por su carácter no realista. Temáticamente, el primer teatro de Max Aub se centra en el conflicto entre la verdad objetiva y la subjetiva, y en la imposibilidad de comprenderse a uno mismo. Fue en el exilio cuando compuso sus obras más brillantes.
Alejandro Casona
Alejandro Casona fue un conocido dramaturgo durante la República. Escribió piezas cortas para las Misiones Pedagógicas, como El crimen de Lord Arturo. Se consagró como dramaturgo con La sirena varada y obtuvo gran éxito con Nuestra Natacha, donde propone una educación basada en la confianza y la comprensión. Al estallar la Guerra Civil, se fue de España, pero siguió escribiendo.
Enrique Jardiel Poncela
Enrique Jardiel Poncela destaca en el género cómico, fusionando en sus obras el humor de la comedia convencional con rasgos propios del arte vanguardista. La imaginación y la inverosimilitud son pilares en su deseo de superar el teatro cómico de su tiempo. Huye del casticismo y sus personajes utilizan una lengua genérica, desterrando los habituales costumbrismos. Como su teatro no rompe por completo con las convenciones teatrales vigentes ni con el gusto de los espectadores, sus comedias tuvieron gran éxito. De sus obras anteriores a la Guerra Civil, cabe destacar Usted tiene ojos de mujer fatal y Cuatro corazones con freno y marcha atrás. También publicó narraciones cómico-eróticas como Amor se escribe sin hache.
Federico García Lorca: Poesía y Emoción en el Teatro
Federico García Lorca es uno de los mayores dramaturgos españoles y el autor español que más fama internacional ha alcanzado, siendo el único que ha conquistado los escenarios europeos. Cabe destacar su experiencia como director de la compañía teatral La Barraca.
La Visión Teatral de Lorca
Conocemos no solo sus obras, sino también algunas declaraciones que hizo sobre el teatro en general y el suyo en particular. Para él, el teatro debía ser emoción y poesía: "El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana". Abogaba por volver a la tragedia y consideraba al teatro como uno de los instrumentos más útiles y expresivos para la edificación de un país y su grandeza. Su universo está estructurado sobre el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad. Por encima de la temática, superpone el valor poético y la interpretación simbólica.
Evolución del Teatro de Lorca
Teatro Modernista
Las primeras creaciones de Lorca están marcadas por el influjo del Modernismo, con un dominio de lo lírico sobre lo dramático. El maleficio de la mariposa (1920) dramatiza líricamente el trastorno producido por el orden cotidiano en una comunidad de insectos por el Amor (en esencia, la Muerte). Mariana Pineda entronca con el drama histórico-romántico. Independientemente de los influjos modernistas y románticos, ya están presentes sus rasgos formales y la situación fundamental de todo su teatro: el enfrentamiento entre la norma y el ideal.
Farsas
En la década de los años 20, Lorca realiza una serie de obras inspiradas en las formas populares del teatro de títeres, como la Tragicomedia de don Cristóbal, escrita para ser escenificada como guiñol, y La zapatera prodigiosa, una farsa representada por actores.
Teatro Vanguardista y Realista
Durante los años 30, su deseo de experimentación lo llevó por dos caminos distintos: el teatro vanguardista próximo al Surrealismo y el teatro realista.
- Comedias Irrepresentables: Obras vanguardistas como El público, de temática homosexual, y Así que pasen cinco años, con temática de amor y muerte. De comprensión y simbolismo complejos es Poeta en Nueva York. Lorca las consideraba irrepresentables.
- Obras que Retoman la Escenificación Clásica: Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba. La temática común es la marginación social de las mujeres.
En las dos primeras, Lorca mezcla la prosa y el verso, utiliza coros, maneja elementos simbólicos y alegóricos, y emplea diversos recursos para alcanzar una gran intensidad dramática. En estas piezas se enfrentan el principio de autoridad y el principio de libertad. La sociedad y su orden pretenden reprimir el instinto sexual y la pasión amorosa incontenible.
En La casa de Bernarda Alba, al poder se opone otro instinto no menos elemental: el sexo. Del enfrentamiento de Bernarda con sus hijas solo puede resultar la destrucción de una de las dos fuerzas. Se puede aceptar la ley impuesta por Bernarda, o la locura o el suicidio de alguna de sus hijas.
Doña Rosita la soltera es un drama urbano que trata de las señoritas de provincias condenadas a esperar inútilmente el amor.