El Teatro (Plauto, Terencio y Séneca)
La tragedia es protagonizada por héroes y dioses, posee un tono solemne y su lenguaje es elevado. Esta se divide en dos subgéneros: la fábula graeca y la fábula praetexta.
La comedia tiene 2 representantes: Plauto y Terencio. En la comedia se utiliza un lenguaje desenfadado, existen dos tipos: Fábula palliata y Fábula togata.
Plauto: escribe para el pueblo, por ello. Sus obras tienen temática simple. Se caracteriza por una fuerte vis cómica, por la bufonada y la sátira. Aulularia y Anfitrión.
Terencio: Su éxito posterior se debe a su moderación y a la delicadeza en el tratamiento de los personajes, así como el purismo de su estilo. Solo conservamos seis obras, entre ellas La Adriana y Adelfos.
Séneca: Su estilo se caracteriza por un sentimiento desbordado de lo trágico. Estas piezas estaban cargadas de declamación. 9 tragedias, entre ellas Agamenón y Edipo.
Influencia posterior
Plauto gozó de una gran acogida del público, durante el clasicismo, sin embargo, cayó.
Terencio fue menos exitoso y alabado.
Séneca influyó directamente en tragedias posteriores. Destaca su influencia sobre Unamuno.
Oratoria y Retórica
Se definía la oratoria como el arte de la persuasión por medio de la palabra. En el sistema político romano, este género fue de vital importancia para: tratar con las masas y para las causas judiciales.
La retórica, influida de Grecia, era enseñada en las escuelas. Desde el punto de vista literario había tres tendencias: la Escuela aticista, la Escuela asianista y la Escuela rodia.
En la oratoria, el principal autor fue Cicerón, con obras como Brutus y el Orador. Ejerció como orador político y jurídico, con obras como las Catilinarias.
Su obra se basa en el ingenio, la rotundidad y otros recursos que emocionaban y captaban.
Antes que Cicerón destacaron Apio Claudio, Cantón y M. Antonio, entre otros.
Fábula, sátira y epigrama
La fábula designa una narración en la que generalmente intervienen animales que se equiparan a hombre. Esta tiene raíz popular y parte de la contemplación de un mundo ingénuo con fin moralizante. El carácter ejemplarizante es la nota esencial de este género literario.
Estas obras son antiguas, y más o menos anónimas. Esopo fue el primero que las redactó en prosa, y le seguiría Fedro. Los personajes son animales que representan vivencias de la época.
Por su parte, la sátira trata de corregir conductas burlándose de los defectos de las personas. Los autores principales son Lucio (creador del género) y Horacio, con sus “Sermones” (como máximo exponente). También destacó Juvenal, por su crudeza.
Por último, los epigramas que provenían de las tumbas, fueron transformados en un arma de ironía y sarcasmo. Su principal representante, y creador, fue Marcial, con obras como Xenia y Apophoreta.