Teatro Romano: Origen, Géneros y Obras Destacadas

El Teatro Romano

Orígenes y Características

Las primeras representaciones teatrales romanas se realizaban en el circo y, posteriormente, en teatros provisionales de madera. El primer teatro de piedra fue construido por Pompeyo en el 55 a. C. A diferencia del teatro griego, los concursos dramáticos eran poco comunes en Roma.

Los actores romanos aumentaban su estatura con calzado de suela gruesa y utilizaban máscaras y trajes elaborados. Sin embargo, su profesión era considerada de bajo estatus social.

Géneros Teatrales

Los principales géneros teatrales romanos eran la comedia y la tragedia, ambos adaptados del teatro griego. Más tarde, surgieron obras con temática romana. Los subgéneros teatrales romanos son:

• Fabula crepidata: Tragedia griega, con tema griego y actores que usaban coturnos.
• Fabula palliata: Comedia griega, con tema griego y actores que vestían la palla.
• Fabula praetexta: Tragedia romana, con tema romano y actores que vestían la toga praetexta.
• Fabula togata: Comedia romana, con tema romano y actores que vestían la toga.

Se conservan varias obras de Fabula palliata, incluyendo las de Plauto y Terencio. Las comedias romanas constaban de argumento, prólogo, diálogo y canto.

Plauto

Las obras de Plauto, el autor más importante del teatro romano, constan de cinco actos y un prólogo. Sus obras se centran en situaciones absurdas con el objetivo de provocar la risa. Las tramas argumentales suelen girar en torno a enredos amorosos, soldados fanfarrones que son objeto de burla y esclavos astutos que resuelven los problemas amorosos de sus amos.

Algunas de sus obras son: Aulularia, Captivi, Miles Gloriosus, Mercator, etc.

Terencio

Las obras de Terencio mezclan elementos del teatro griego. Representa personajes similares a los de Plauto, pero con un lenguaje más refinado, lo que le restó popularidad en comparación con Plauto.

Algunas de sus obras son: Andria, Eunuchus, Adelphoe, Hecyra, etc.

Tragedia Romana

En cuanto a la tragedia, se conservan las obras de Séneca, imitaciones de tragedias griegas con una clara intención moralizante.