El Teatro Romántico Español: Características, Autores y Obras Imprescindibles
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Con el triunfo del Romanticismo, los dramas románticos conocieron un éxito rapidísimo. El tema principal de los dramas románticos es el amor, que está por encima de las convenciones sociales. La imposibilidad de alcanzar un amor puro y perfecto en un mundo hostil hace que, frecuentemente, los finales sean trágicos. Sin embargo, tal destino trágico no es algo que lleven en sí mismos los personajes, sino que es fruto del enfrentamiento con el mundo y de las peripecias de la intriga argumental. Los personajes no cambian; carecen de evolución psicológica. Están poseídos por una pasión absoluta y su ánimo oscila bruscamente de la felicidad a la desesperación; tienen dos grandes aspiraciones: el amor a la libertad y el amor a la mujer.
Características del Drama Romántico
Temática y Personajes
Los dramas románticos suelen desarrollar las acciones amorosas en un marco histórico, normalmente de la historia nacional. A veces se busca el drama mismo en la historia, no reconstruyéndola con fidelidad, sino dándole un giro romántico.
Contexto Histórico y Formal
Formalmente, el drama romántico comparte muchos rasgos con el teatro barroco. Así, mezcla tragedia y comedia, pero no como en el Barroco para imitar la naturaleza, sino para realzar el contraste entre los ideales y la realidad. No se respeta la regla de las tres unidades. Los dramas románticos introducen la innovación de mezclar el verso y la prosa.
Rasgos Formales Destacados
- El número de actos varía de 3 a 5; a veces se les pone título.
- La escenografía adquiere gran importancia. Sirve para dar al teatro carácter de espectáculo.
- En el desarrollo de los argumentos es fundamental la intriga, caracterizada por la inclusión de numerosos elementos melodramáticos con el fin de conmover y emocionar al público.
- Se introducen pasajes líricos, sobre todo en las escenas amorosas.
- Se subraya el carácter inexorable del paso del tiempo.
- Se expresan los anhelos de una sociedad más justa: defensa de la libertad y el derecho a la rebelión frente a los tiranos y los malos gobiernos, preocupación por los problemas sociales y políticos contemporáneos, etc.
Principales Dramaturgos y Obras
Obras Fundacionales del Romanticismo Teatral
El triunfo del drama romántico se produce en 1834, cuando se representa La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa. En 1835, el éxito corresponde a Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas.
Autores y sus Contribuciones
La conjuración de Venecia deja traslucir los ideales moderados de su autor. En ella se defiende la libertad, pero siempre dentro del respeto a las convenciones sociales.
Don Álvaro o la fuerza del sino es quizá el mejor drama romántico español. Don Álvaro encarna de modo arquetípico al héroe romántico, en quien se ceba el destino de modo tan cruel que toda una serie de sucesos trágicos lo persigue hasta el final.
El Trovador, de Antonio García Gutiérrez, es un acabado ejemplo del teatro romántico.
Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch, dramatiza de forma trágica el conflicto entre la pureza del amor individual y las convenciones sociales.
José Zorrilla es el dramaturgo romántico de más éxito. Escribió una treintena de obras, casi todas en verso y de carácter histórico. Zorrilla se caracteriza por su habilidad en el planteamiento de los conflictos y en el mantenimiento del interés de las historias dramatizadas. Él mismo estimó poco su teatro, del que salva dos obras: El zapatero y el rey y Traidor, inconfeso y mártir. Sin embargo, su obra más celebrada es Don Juan Tenorio: en ella desarrolla el famosísimo mito de Don Juan, pero ahora se produce una transformación en el personaje, que finalmente es redimido de su vida escandalosa gracias al amor angelical de una mujer. Esta es, por tanto, la versión del Romanticismo conservador del personaje mítico del burlador, lejos del tipo rebelde y satánico de El estudiante de Salamanca de Espronceda.