Teatro Romántico y Novela Realista: Características y Autores
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Teatro Romántico
El teatro fue el género de más éxito del Romanticismo. Se caracteriza por:
La libertad al rechazar la regla de las tres unidades impuesta por el teatro neoclásico. Así, las obras rompen la unidad de acción, de tiempo y de lugar.
Las obras románticas mezclan lo trágico con lo cómico y la prosa con el verso para representar las múltiples posibilidades del género dramático.
La escenografía es muy importante y ayuda a intensificar el clima trágico o el ambiente de misterio de las obras teatrales.
El final trágico que siempre acaba con la vida de los protagonistas representa el destino de aquel que no se ciñe a las reglas sociales y morales.
José Zorrilla (Don Juan Tenorio) Acción/Lenguaje Sencillo
Duque de Rivas (Don Álvaro/La Fuerza del Sino)
La Novela Realista
Durante el Romanticismo, periodistas y escritores costumbristas abandonan a los personajes anteriores de sus obras, los héroes legendarios, para poner el foco de atención en las personas corrientes. La novela realista es el resultado de este cambio en los gustos literarios. Estas novelas se convierten en el reflejo de la sociedad como forma de entretenimiento de la burguesía, pero también en el propósito de concienciar a los lectores y denunciar las injusticias. Para conseguir el objetivo de reflejar fielmente la sociedad en las novelas realistas, abundan las descripciones de personajes y ambientes. Gracias a ellas, el autor puede mostrar cómo el nivel sociocultural y las condiciones de vida son capaces de influir de manera decisiva en el comportamiento de los personajes.
Benito Pérez Galdós: Un espíritu humanista impregna todos sus textos.
Los Episodios Nacionales: Historia novelada de dos acontecimientos sucedidos desde la derrota de la flota española en Trafalgar hasta la resurrección de la monarquía de Cánovas. Escribió 46 episodios que forman esta colección mientras publicaba sus otras novelas.
Novela de Tesis: Se llama así porque en ellas pretende exponer el conflicto de dos posturas o tesis irreconciliables a través de unos protagonistas planos, meros soportes de las ideas que defiende el autor. Interesa sobre todo en el enfrentamiento entre el bien representado en personajes buenos y generosos como Marianela y el mal simbolizado en personajes malvados, intransigentes y egoístas como Doña Perfecta.
Las Novelas Realistas: En ellas se refleja con gran exactitud la complicada realidad social de su tiempo. A diferencia de las novelas de tesis, los personajes de estas obras son complejos, llenos de matices y contradicciones, y con una gran riqueza psicológica y humana. La mejor novela de esta etapa es Fortunata y Jacinta.
Las Novelas Espirituales y Simbólicas: En sus últimos años, Galdós se centra en los aspectos espirituales del ser humano y trata de encontrar el sentido de la vida, que para él reside en la generosidad, la solidaridad y la bondad humana. Pertenece a este grupo Misericordia.