El Teatro de Valle-Inclán: Ciclos, Estilos y la Esencia del Esperpento

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La Evolución Dramática de Valle-Inclán: Del Mito al Esperpento

La Personalidad de Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán compone una figura tan literaria como la de sus propios personajes. Su vida fue la de un idealista enfrentado a una sociedad a la que no quería ni podía adaptarse si eso significaba renunciar a sus principios.

El Teatro de Valle-Inclán: Contexto y Ruptura

Su teatro debe entenderse dentro de un determinado contexto sociopolítico: la Restauración, el caciquismo, la pérdida de Cuba y Filipinas, eventos que supusieron un revulsivo para los autores de la Generación del 98. Valle-Inclán es el primer dramaturgo moderno español porque fue el primero en romper con el teatro realista burgués heredado del siglo XIX. Esto lo alejó de los teatros comerciales y lo condenó al silencio o a circuitos alejados del negocio de los escenarios. La obra dramática de Valle-Inclán se agrupa en tres ciclos principales:

  • El ciclo mítico
  • El ciclo de la farsa
  • El ciclo del esperpento

El Ciclo Mítico

En estas obras aparece una Galicia oscura y ancestral en la que triunfan las fuerzas primarias que rigen a los hombres: el sexo, la irracionalidad y la muerte. La importancia dada a lo irracional fue lo que resultó extraordinariamente novedoso en su teatro, ya que se oponía al teatro burgués de su época, dominado por la racionalidad y el realismo. Dentro del ciclo mítico, destacan:

  • Comedias Bárbaras: Son obras ambientadas en una Galicia intemporal y profunda.
  • Divinas palabras: A partir de 1920, la estética de Valle-Inclán evoluciona. Divinas palabras presenta ya elementos esperpentizadores que aumentan el sentido crítico de la obra.

El Ciclo de la Farsa

Valle-Inclán opta por un escenario alejado temporalmente de su época: el siglo XVIII, tan querido por los modernistas. En estas obras, lo sentimental y lo grotesco se complementan y, a la vez, se contrarrestan mutuamente, siendo este contraste el que consigue el tono tragicómico que es el sello de todas las obras del ciclo de la farsa. Pertenecen a este ciclo:

  • Farsa infantil de la cabeza del Dragón
  • La marquesa Rosalinda
  • La farsa italiana de la enamorada del rey
  • Farsa y licencia de la reina castiza (en esta última, Valle-Inclán introduce elementos esperpénticos).

El Ciclo del Esperpento y la Justificación de Luces de Bohemia

A partir de 1920, el esperpento es la mayor aportación de Valle-Inclán al teatro europeo del primer tercio del siglo XX, y es un precedente muy importante del nuevo teatro experimental. Pertenecen al ciclo del esperpento:

  • Luces de Bohemia: Esta obra es el paradigma del esperpento. Su inclusión en este ciclo se justifica plenamente, ya que en ella Valle-Inclán aplica de manera magistral los principios estéticos del esperpento: la deformación grotesca de la realidad española, la animalización de los personajes, la mezcla de lo trágico y lo cómico, el uso de un lenguaje crudo y expresivo, y una profunda crítica social. A través de la visión distorsionada de Max Estrella, se denuncia la miseria, la injusticia y la hipocresía de la España de su tiempo.
  • Martes de Carnaval: Se agrupan tres obras:
    • Las galas del difunto
    • Los cuernos de Don Friolera
    • La hija del capitán
  • Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte: Formado por cuatro obritas cortas. Es un teatro expresionista y totalmente vanguardista en el que se unen la experimentación formal con el compromiso político propio de los autores de la Generación del 98.

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