Técnica de Masaje Cardíaco Externo: Cómo Realizar Compresiones Torácicas en Adultos y Niños

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Restablecer la Circulación Sanguínea

Las alteraciones del sistema cardiocirculatorio con grave alteración del ritmo cardíaco o el paro cardíaco (ausencia de latidos) deben tratarse con la técnica del masaje cardíaco externo, también conocidas como compresiones torácicas. Estas compresiones se aplican en el centro del pecho para comprimir el corazón entre el esternón y la columna vertebral, a fin de provocar la salida de la sangre acumulada en su interior a través de los vasos sanguíneos y transportarla a los tejidos del organismo.

Causas de Paro Cardiorrespiratorio (PCR)

Las causas más frecuentes de PCR en adultos son:

  • Infarto de miocardio
  • Paro respiratorio
  • Hemorragia (externa o interna)
  • Envenenamiento

La PCR se acompaña de pérdida del conocimiento.

La causa principal de PCR en niños es la insuficiencia respiratoria (asfixia) por:

  • Atragantamiento
  • Ahogamiento
  • Intoxicación
  • Traumas (accidentes de tráfico o caídas)

Procedimiento para Realizar Compresiones Torácicas

  1. Coloca a la víctima en decúbito supino (boca arriba) en el suelo o sobre una superficie plana y rígida.
  2. Aflójale la ropa, retirando lo que pueda comprimir el cuello (pañuelos, corbatas, etc.), así como collares que puedan dificultar las compresiones.
  3. Colócate de rodillas a un lado de la víctima, a la altura de sus hombros, de forma que puedas hacer fuerza con el peso de tu cuerpo desde un punto más alto. (Si la víctima está en la cama, ponte sobre una silla o un taburete).
  4. Coloca el talón de una mano sobre el tercio inferior del esternón, en el centro del pecho. El Consejo Europeo de Resucitación (ERC) recomienda que se busque el centro del pecho (tomando como referencia la línea de los pezones para los adultos y por debajo de esta línea para niños y lactantes). Localiza la punta del esternón y aplica el talón de la mano dos dedos por encima.

  5. Coloca el talón de la otra mano sobre el dorso de la primera (a la misma altura); levanta los dedos y la palma con la mano de encima para no comprimir las costillas de la víctima. Procura que los dedos estén rectos y no se apoyen sobre el pecho de la víctima.
  6. Con los brazos extendidos y perpendiculares a la víctima, presiona sobre las manos y comprime verticalmente el esternón (4,5-5 cm). Esto supone la sístole o contracción del corazón. La maniobra cansa mucho, por lo que se aplica con el peso de tu cuerpo, flexionando las caderas y sin flexionar los codos.
  7. Relaja la presión que aplicas sobre el tórax sin perder el contacto con la piel para que el corazón vuelva a llenarse de sangre (diástole ventricular).

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