Tecnologías Sostenibles y Desafíos Orbitales: Aerocultura, Cubrecampo y Gestión de Residuos Espaciales
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Aerocultura: Cultivo en Altura y Captura de Humedad
La técnica de la Aerocultura consiste en la instalación de colchones de helio de gran altura, los cuales capturan la humedad del ambiente y permiten el crecimiento de vida vegetal, como pastos y otras especies vegetales; las que, por sus características, hacen posible, al mismo tiempo, el nacimiento de pequeños organismos animales, como caracoles e insectos.
Para más información sobre Aerocultura, visite: v-hen.blogspot.com/2009/07/aerocultura.html
El Cubrecampo: Protección Agrícola y Expansión Interplanetaria
El Cubrecampo (de cubre y campo) es una gran tela sintética con forma preferentemente de domo y sostenida por globos aerostáticos que, en conjunto, pueden proteger plantaciones, lagos y glaciares de la evaporación causada por la intensa radiación solar.
Aplicaciones en la Tierra
La intensa radiación solar del desierto del Norte Chico y Atacama daña gravemente a los vegetales, tales como gramíneas y hortalizas, aunque dispongan de agua dulce. Sin embargo, si se les proporciona sombra con una tela que las cubra, pueden desarrollarse perfectamente.
Los vegetales indicados, así como otros, prosperan sobre textiles mojados y dispuestos horizontal y verticalmente, dado que las plantas fijan sus raíces al textil. De esta forma, las plantaciones verticales utilizan mejor el espacio y logran una mayor producción.
Dado que los textiles son muy livianos y el agua que se les agrega contiene todos los nutrientes requeridos por las plantas, y están limpios de hongos y organismos patógenos dañinos, estos cultivos en textiles representan una ventaja enorme respecto del suelo pesado y contaminado.
Potencial en Marte
Así, textiles sembrados en tierra y sostenidos y protegidos por el Cubrecampo pueden ser transportados al planeta Marte y dejarse caer sobre su superficie como si fuera un gran paracaídas. En la base de este Cubrecampo deben ir depósitos de agua que los textiles y las plantas succionan hacia arriba; el vapor de agua no debe escapar del Cubrecampo.
Más información.
Para más información sobre El Cubrecampo, visite: aerocultura.blogspot.com/2011/01/el-cubrecampo.html
Basura Espacial: Un Riesgo Creciente en la Órbita Terrestre
Definición y Composición
Se denomina así a cualquier objeto artificial sin utilidad que orbita la Tierra. Se compone de elementos tan variados como grandes restos de cohetes y satélites viejos, fragmentos de explosiones, o residuos de componentes de cohetes como polvo y pequeñas partículas de pintura.
La basura espacial es un tema de preocupación que, sin duda, adquirirá creciente importancia.
Impacto y Proyecciones
A pesar del pequeño tamaño de la mayor parte de los fragmentos, las vertiginosas velocidades a las que están sometidos hacen de estos una seria amenaza para cualquier misión que pueda ser efectuada en un futuro próximo.
Desde 1991, se han registrado al menos tres colisiones en la órbita terrestre a causa de la basura espacial. Estas colisiones se irán multiplicando y, a la vez, aumentarán los objetos peligrosos en órbita. La progresión matemática calculada por los expertos cifra en más de 18 choques anuales el número de accidentes producidos por estas chatarras para dentro de dos siglos.
Fuentes Principales y Distribución
Los acontecimientos de la explosión de las etapas superiores de los cohetes de lanzamiento suponen la contribución más importante al problema de la basura espacial. Cerca de 100 toneladas de fragmentos generados durante aproximadamente 200 explosiones todavía están en órbita. La basura espacial se concentra más en la órbita terrestre baja, aunque parte de ella se extiende más allá de la órbita geoestacionaria.
Volumen y Riesgos Actuales
A finales de 2003, había unos 10.000 objetos catalogados. No obstante, se estima en más de 50.000 el número de objetos mayores de un centímetro.
Según la revista Nature [1], Estados Unidos tiene fichados en la actualidad más de 9.000 objetos artificiales, con un peso total que supera las cinco toneladas. La mayor parte de estos aparatos están en desuso y constituyen un gran riesgo para las misiones espaciales.