Temas recurrentes en la poesía de Antonio Machado: Símbolos y significados

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La poesía machadiana es un universo cerrado de símbolos, de temas recurrentes que dan un sentido unitario a su obra. Estos temas están presentes desde el principio, aunque cambian de intensidad según el momento, y dotan a su poesía de una unidad indivisible. Machado afirma que existen hondas palpitaciones del espíritu que solo pueden expresarse con el lenguaje fijado. Por ello, sus temas principales suelen aparecer referidos a través de distintos símbolos y son los siguientes:

El tiempo

El tiempo, en primer lugar, es uno de sus temas esenciales. Machado se llama a sí mismo "poeta del tiempo" y entiende el tiempo como una realidad y no como una abstracción. Es muy sensible al curso de las horas y los días. Para referirse a él utiliza numerosos símbolos, como el poema. Para Machado la poesía es "la palabra esencial en el tiempo", uniendo así lo esencial y lo temporal. El agua en movimiento simboliza el fluir temporal, frente a la estancada que representa la muerte. La mañana personifica sus sueños y recuerdos, la tarde melancolía y la noche es un ser aparte con quien poder hablar y poder llegar a conocerse a sí mismo. Otros símbolos son los elementos del paisaje y el tiempo vivido, que son el reflejo de su alma; los caminos, que simbolizan el transcurso de la vida; y el reloj, que mide el tiempo cronológico y no el psíquico.

La muerte

Un segundo tema es el de la muerte. Su actitud ante ella oscila desde la angustia personal hasta la melancolía e incluso la rebeldía. Los símbolos relacionados con este tema son múltiples: el otoño, la sombra, la luna..., pero sobre todo el mar, lugar al que confluyen todos los ríos de la vida.

La presencia de Dios

La presencia de Dios ocupa asimismo en su pensamiento un lugar significativo. Se trata de un Dios añorado, soñado, más deseado que afirmado, en el que no se puede creer aunque se quiera. La figura de Cristo es mucho más cercana a Machado por ser de carne mortal.

El recuerdo y el sueño

También el recuerdo y el sueño tienen cabida en la poesía de nuestro autor. En Machado el sueño es la única forma posible de conocimiento para penetrar en el mundo interior. Puede soñar despierto, pues en los caminos del sueño es donde contempla las galerías del alma que para Machado son símbolos de esa parte de sí mismo que ignora. Pero en su poesía, especialmente a partir de Campos de Castilla, emplea un recurso propio de los románticos, la pathetic fallacy, que consiste en atribuir a la naturaleza las actividades de su propio espíritu, como soñar. Todo sueña en la naturaleza: el llano, el campo, el sol, el mar...

El amor

Otro de los temas es el amor. Machado manifiesta su deseo de amar y ser amado. Por eso los poemas referidos a las dos pasiones de su vida ocupan el lugar más importante en su producción: los más dolidos acentos del poeta, y el amor otoñal, pero apasionado, de Guiomar. Para él el amor es un sentimiento ensordecedor que dignifica al amante.

La biografía

También su biografía aparece en sus versos: su infancia, su juventud. Especialmente aparece la biografía espiritual. De este modo, su poesía puede considerarse un diario de su propia alma.

El paisaje y el tema de España

Y finalmente, el paisaje y el tema de España se erigen como temas fundamentales en la obra machadiana. El paisaje puede adoptar un doble valor. En primer lugar, Machado lo utiliza como reflexión para enumerar humildes realidades, simbolizar el pasado histórico de Castilla o hacer una dura crítica sociopolítica de España. En segundo lugar, sirve para la efusión sentimental, cuyos elementos son el reflejo de su alma.

Conclusión

Como conclusión podemos decir que, aunque los temas de Machado son variados y sus inicios pertenecen al modernismo, muchos de ellos son comunes con los empleados por la Generación del 98. Sin embargo, todos ellos se reiteran a lo largo de su obra dándole una sensación de unidad.

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