Tendencias de la Novela Española de Posguerra: Del Realismo a la Experimentación
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La Evolución de la Novela Española de Posguerra: Un Recorrido por sus Tendencias
La Ruptura con la Innovación y el Retorno al Realismo
Tras la Guerra Civil, la literatura española experimenta una profunda transformación. Se produce una "pérdida literaria" y surge una nueva tradición novelística que, aunque retorna a la narrativa realista, rompe con las innovaciones previas. La novela de posguerra se caracteriza por una actitud de compromiso con la realidad de la época.
Años 40: El Realismo Existencial y el Desencanto
La década de 1940 se inicia con el realismo existencial. Los temas centrales giran en torno al desencanto del ser humano y su destino trágico, reflejando las duras realidades del momento.
Años 50: Realismo Social y la Recuperación
Los años 50, marcados por una lenta recuperación económica y un cambio sociocultural, ven el auge del realismo social. Esta corriente se centra en los problemas sociales, con protagonistas colectivos. La colmena de Camilo José Cela es una obra fundamental de este periodo, con un personaje colectivo y una estructura compleja. Aborda temas como el hambre, el dinero y el sexo. Sus aportaciones incluyen:
- Revolución espacial y temporal.
- Fragmentación del texto.
- Mezcla de objetivismo en diálogos con la presencia del narrador.
- Simultaneidad de personajes y situaciones.
Dentro del realismo social, se distinguen dos vertientes:
- Realismo objetivo: Elimina la interiorización. Ejemplos: El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio y Tormenta de verano de Juan García Hortelano.
- Realismo crítico: Muestra un compromiso ideológico con el objetivo de poner de relieve los problemas sociales. Utiliza una narración lineal y un lenguaje sencillo. Ejemplos: Central eléctrica de Jesús López Pacheco y Juegos de manos de Juan Goytisolo.
Años 60: La Novela Experimental
En la década de 1960, Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos inicia la novela experimental, influenciada por corrientes exteriores y el "boom" latinoamericano. Las características principales son:
- Desaparición del narrador omnisciente.
- Desorden cronológico.
- Diversos personajes narrativos.
- El argumento queda relegado.
- Crítica social y preocupación por el ser humano.
- Preocupación por la forma.
Obras destacadas de este periodo son Señas de identidad de Juan Goytisolo, La saga/fuga de J.B. de Gonzalo Torrente Ballester y Cinco horas con Mario de Miguel Delibes.
Años 70 y Posteriores: Pluralidad de Tendencias
En 1975, Eduardo Mendoza publica La verdad sobre el caso Savolta, marcando el fin de la novela experimental y el inicio de una pluralidad de tendencias. Algunas características de esta nueva etapa son:
- Modernización de la experimentación.
- Retorno de la subjetividad.
- Obras formalmente bien escritas y de estilo sencillo.
Se desarrollan diversas tendencias, entre ellas:
- Novela de intriga: El invierno en Lisboa de Antonio Muñoz Molina y Plenilunio, también de Muñoz Molina (intriga y parodia).
- Novela histórica: Acción en tiempos pasados con enfoque realista. Los acontecimientos históricos sirven de soporte para la crítica. Ejemplos: El capitán Alatriste de Arturo Pérez-Reverte, La vieja sirena de José Luis Sampedro y Las 13 rosas.
- Novela metaliteraria (o "Novelar"): Se centra en la creación literaria. Ejemplo: Gramática parda de Juan García Hortelano.
- Novela intimista: Protagonistas de mediana edad, desconcertados y angustiados, cuyos problemas íntimos se abordan en un relato donde se confunde lo real y lo imaginario. Ejemplo: Juegos de la edad tardía de Luis Landero.
- Novela testimonial: Relatos realistas de problemas sociales.
- Novela experimental: Escuela de mandarines de Miguel Espinosa, una ácida crítica de la visión de la realidad contemporánea.