Tendencias Teatrales en el Siglo XX: Triunfo e Innovación

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Tendencias Teatrales en el Siglo XX: Triunfo e Innovación

A.- El Teatro Triunfante

El “teatro triunfante” buscaba complacer al público, alabando sus gustos. Era un teatro comercial, aburguesado y poco crítico, con obras que halagaban a las clases medias o censuraban pequeños"vicio" sociales.

Dentro de esta corriente encontramos:

- Teatro Continuador del Realismo del XIX

Su principal representante es Jacinto Benavente, quien hizo concesiones al público burgués y ganó el Premio Nobel en 1922. Sus obras más destacadas son Los intereses creados (1907) y La malquerida (1913).

- Teatro Poético en Verso

Intentaba rescatar mitos españoles del pasado como modelos, resultando en un teatro conservador, anticrítico y con alusiones a la pérdida del Imperio español. Destacan Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y los hermanos Machado.

- Teatro Cómico

Representado por los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches y Pedro Muñoz Seca, se caracteriza por su intrascendencia y humor. Los hermanos Álvarez Quintero son conocidos por su teatro regionalista andaluz, con obras como El genio alegre (1906) y La Puebla de mujeres (1912).

B.- El Teatro Innovador

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El “teatro innovador”, pretendió sorprender. Fue un teatro provocador, muy crítico, antiburgués, vanguardista, donde podía tener cabida la danza, la pintura, la música. Tuvo problemas para representarse, ya que era poco comercial y requería un público preparado, una elite intelectual capaz de apreciarlo. Los empresarios teatrales cerraron sus puertas al teatro innovador, puesto que el público burgués, el espectador máshabitual, siempre fue reacio a los cambios bruscos.

Los mejores autores serán Valle-Inclán y García Lorca. Durante las tres primeras décadas del siglo XX se produjeron distintos intentos de renovación teatral por autores como: Unamuno, Azorín, Jacinto Grau y Gómez de la Serna. La popularidad del teatro triunfante impidió que pudiera llegar a escena en numerosas ocasiones.

Las obras de estos autores se ven condenadas a una existencia puramente literaria, no escénica. Los autores se pueden considerar frustradas desde el punto de vista teatral, pero no desde el punto de vista literario.

Jacinto Grau, se dedicó a un teatro “distinto”, denso, culto, que despertó interés en Europa y fracasó en España. Su obra maestra es El señor Pigmalión (1921), en el presenta a un artista, creador de unos muñecos que, ansiosos de vida propia, se revelarán contra él. Por su originalidad dramática, así como por las calidades líricas de su estilo, está por encima del teatro que triunfó en su tiempo.

Por otra parte, la “generación del 27” no es sólo el grupo poético; dramaturgos como Alejandro Casona y Max Aub, e incluso Jardiel Poncela o Mihura. Tres facetas destacan en la dramática de la generación: una depuración del teatro poético, la incorporación de las formas de vanguardia y el propósito de acercar el teatro al pueblo.

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