Teología Racional vs. Revelada: La Perspectiva de Santo Tomás de Aquino
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Teología Racional y Revelada
Antecedentes de la cuestión
Teología significa discurso o argumentación (lógos) acerca de Dios (Theós). Los presocráticos, sofistas, Sócrates y Platón desarrollaron sus propias teologías. Con Aristóteles, la teología se convierte en un saber sistemático que forma parte de la metafísica: es la discusión sobre el último fundamento del mundo, su causa radical y fuente de ser y vida. Era un término que nada tenía que ver con la teología revelada o cristiana tal como existió en la Edad Media.
Con la aparición del cristianismo y sus primeros pensadores, se cultiva casi exclusivamente una teología cristiana. La teología hecha por estos autores es una reflexión filosófica sobre los contenidos de la revelación.
Origen y planteamiento del problema en Santo Tomás
En Europa, antes de la entrada del corpus Aristotelicum a fines del siglo XII, la única teología que se practicaba era la revelada y, más en concreto, la teología cristiana elaborada por San Agustín.
Santo Tomás se dio cuenta de que ese tipo de teología revelada era insuficiente para las exigencias de los nuevos tiempos, ya que el averroísmo iba en aumento. Santo Tomás realizó una magna obra de teología revelada, la Suma de Teología, pero con un amplio uso de la filosofía. Además, para hacerla más filosófica, consideró oportuno incluir dentro de ella cuestiones puramente filosóficas.
Denominó a esta obra Summa theologiae para indicar que es un tratado de teología de carácter filosófico.
Distinción entre las dos teologías
La teología filosófica (o racional) es la parte de la metafísica que investiga sobre la causa suprema de todas las cosas o entes, que son el objeto de la metafísica. No tiene a Dios como objeto directo, sino solo como causa de su objeto. Esta investigación procede desde lo sensible hacia Dios. Este paso es posible porque el ser humano es capaz de conocer mediante la razón las causas de la realidad y, precisamente, la última causa de este mundo es Dios.
Por otro lado, la teología revelada tiene como objeto a Dios y considera todo lo que Él nos ha revelado, especialmente su intimidad. Esto escapa a nuestro conocimiento natural y requiere partir de la fe en que lo revelado procede de Dios.