La Teoría Hipodérmica: Alcance, Críticas y su Legado en la Comunicación
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La Teoría Hipodérmica: El Poder Persuasivo de los Medios
La Teoría Hipodérmica, también conocida como el Modelo de la Aguja Hipodérmica, afirma que los medios de comunicación son tan poderosos que sus mensajes penetran en el público de manera directa y uniforme, como una aguja. Según esta perspectiva, los medios manipulan a los oyentes, y sus mensajes poseen una efectividad del 100%.
Esta teoría estudia el comportamiento humano mediante la experimentación y la observación, basándose en el esquema de estímulo-respuesta. Su objeto de estudio principal es la propaganda política. También postula que las personas creen ciegamente en los objetos que les producen fascinación (como la televisión), por lo que, cuando la novedad se desvanece, el poder de influencia disminuye.
Limitaciones y Fracaso de la Teoría Hipodérmica
La Teoría Hipodérmica fracasa, ya que se basa ciegamente en dos teorías fundamentales que han sido ampliamente cuestionadas:
La Teoría Conductista
Para entender la llegada del mensaje de los medios al público, la Teoría Hipodérmica se apoya en la Teoría Conductista. Esta es una teoría biologicista que toma conocimientos de la psicología animal y los traslada a la conducta humana. Su premisa central es el modelo de estímulo-respuesta, donde uno no puede existir sin el otro. Su método de investigación es empírico, basado en la comparación, medición y repetición.
Watson, su creador, se inspiró en los trabajos de Pavlov, donde a un animal se le aplicaba un estímulo que generaba una respuesta específica. Al no trabajar con el inconsciente, el conductismo no produce un cambio psíquico duradero, y por eso el efecto de los mensajes se considera solo a corto plazo.
La Teoría de Masas
La Teoría de Masas postula que una "masa" no es un atributo inherente a sus miembros, sino un atributo negativo que les asigna el observador debido a sus prejuicios. Las masas pueden ser vistas como el resultado de la progresiva industrialización y de la revolución en el transporte y el comercio. Estos avances significaron la pérdida de la exclusividad de las élites, que ahora se encontraban expuestas a la influencia de las masas.
La figura social de la masa —personas que viven en condiciones precarias, muy vulnerables y que, frente al empeoramiento de las condiciones de vida, realizan manifestaciones— comenzó a preocupar a la clase política (por ideas como la libertad, la igualdad y el voto universal). Frente a estas preocupaciones, los poderosos y los sociólogos comenzaron a estudiarlas para poder controlarlas.
Los pensadores de la época definen al "hombre masa" como un concepto que surge de la desintegración de las culturas locales, una sumatoria de individuos sustancialmente iguales, aunque procedan de ambientes diferentes y no se conozcan. La Teoría Hipodérmica describe a las masas como entidades aisladas, anónimas, atomizadas y separadas.