La Tercera Revolución Científico-Técnica: Ciencia, Industria y Progreso Económico
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Si se considera, no ya la introducción de la primera máquina de hilar en las industrias textiles, sino la industria moderna como un todo, se hace evidente otro elemento fundamental: la ciencia.
Siempre ha sido cierto que una economía crece por la explotación de nuevas oportunidades de inversión, que se manifiestan mediante un proceso de exploración, impulsado por el avance del conocimiento. Es la ciencia, específicamente la física, la que ha abierto a la industria unas perspectivas aparentemente limitadas.
Esto se ha hecho más evidente con el correr del tiempo.
El Caso Fundamental: La Máquina de Vapor
Tomemos el caso fundamental de la máquina de vapor. Nadie podía pensar en una máquina de vapor hasta que se poseyera algún conocimiento de las relaciones de calor y presión.
Sin embargo, pasaron 100 años antes de que pudiera construirse una máquina de vapor que, además, no aprovechaba sino una mínima parte de las potencialidades del invento. El obstáculo era técnico. No es sorprendente que llevara tanto tiempo construir la mencionada máquina, incluso después de que la ciencia hubiera pasado el problema a manos de la técnica.
El progreso de la ciencia requería instrumentos científicos, nuevos tipos de instrumentos de precisión, que sin duda impulsaron el cambio técnico.
Evolución de la Fabricación: De la Mano a la Máquina
Esto no era más que el comienzo; se fue confiando cada vez menos en antiguos oficios. Las máquinas de la primera generación se hicieron a mano, eran caras debido a la escasez de la mano de obra altamente especializada que se necesitaba para construirlas, y no eran muy precisas por su casi exclusiva utilización del elemento humano.
El coste se redujo y la precisión mejoró en la segunda generación: la de las máquinas fabricadas por máquinas.
La Importancia de las Máquinas Herramienta
Esto se explica así:
Las máquinas herramienta hacen posible trabajar con objetos de metal de gran tamaño y dar forma a metales con una precisión que sería inalcanzable a mano. La gran rapidez con que trabajan las máquinas herramienta hace comercialmente practicables procesos que, aun siendo mecánicamente posibles, no pueden ejecutarse económicamente a mano.
El desarrollo de las máquinas herramienta fue una parte esencial de la Revolución Industrial.