Terencio: Vida, Obra y Legado del Dramaturgo Romano

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Biografía de Publio Terencio Afer

Publio Terencio Afer nació hacia el 190-185 a.C. Fue un antiguo esclavo de origen africano, posiblemente oriundo de Cartago. Su dueño, Terencio Lucano, le proporcionó una esmerada educación desde niño y, más tarde, lo manumitió.

Su primera comedia, La Andriana, fue representada en el 166 a.C.

Formó parte del aristocrático círculo de los Escipiones, donde perfeccionó su estilo.

Tras su sexta obra, Los Adelfos (160 a.C.), viajó a Grecia con el propósito de recopilar comedias aún inéditas en Roma. Sin embargo, al año siguiente, falleció muy joven, antes de regresar a Italia.

Producción Literaria de Terencio

Se nos han transmitido las seis comedias de Terencio. Todos los títulos son de origen griego. A continuación, se presentan por orden cronológico:

  • La Andriana
  • El Eunuco, que tuvo un gran éxito
  • La Hecyra (“La Suegra”), que en dos ocasiones no pudo representarse completa
  • El Heautontimoroúmenos (“El torturador de sí mismo”)
  • El Formión (nombre de un parásito)
  • Los Adelfos (“Los Hermanos”)

Valoración de la Obra de Terencio: Contenido y Forma

Estructura de las Comedias de Terencio

Cada comedia de Terencio comienza con una didascalia, un argumento y un prólogo. En la didascalia, una noticia oficial registrada en los archivos, se indican el autor y el título, el original griego, la ocasión y la fecha de la representación, el director de la compañía, el actor principal y el compositor de la música. Sigue el argumento, que es un resumen versificado de la obra.

En cuanto al prólogo, Terencio fue el primer autor que lo utilizó para defenderse de las críticas de sus adversarios, quienes censuraban el uso de la contaminatio. Más que provocar la risa, Terencio buscó dar profundidad psicológica a sus personajes. Se dio cuenta de que una trama demasiado simple no era suficiente para atraer a los espectadores, y por ello, contaminó frecuentemente dos obras griegas para formar una sola acción, más rica en incidentes. Este procedimiento provocó las críticas de otros autores, quienes además atacaban su estilo, al que acusaban de ser demasiado débil. A estas acusaciones responde en los prólogos de sus comedias, que son ardientes, violentos y satíricos, en contraste con sus comedias en sí, que son reposadas y puras en su desarrollo.

La intriga se anuda y desata de acuerdo con el tema común de la Comedia Nueva. Sin embargo, Terencio intentó diversificar la trama y el tono general de sus obras.

Sus comedias están construidas con gran habilidad. En la primera escena se expone el tema, y a partir de ahí, la intriga se desenvuelve de modo continuo a lo largo de episodios y sorpresas variadas. A diferencia de Plauto, no hay saltos ni desproporción entre las partes, manteniendo el interés hasta el final.

Los Personajes en el Teatro de Terencio

Terencio heredó todos los tipos convencionales de la comedia: el padre, el adolescente, el esclavo, el parásito, el fanfarrón, el leno (proxeneta), tipos que ya Plauto había caricaturizado. Terencio se esforzó en dotar de una psicología exacta a cada personaje. Sin embargo, a primera vista, puede dar una apariencia de monotonía, ya que el convencionalismo en los actos y en el lenguaje es común a todos. Pero, a pesar de dicha uniformidad, la delicadeza y el realismo del análisis psicológico nos dan la impresión de que nos hallamos no ante meros muñecos, sino ante seres humanos complejos.

Moralidad y Temas Sociales en la Obra de Terencio

El teatro de Terencio encierra un profundo contenido moral: sus obras invitan a reflexionar sobre los sentimientos y las relaciones sociales, como las que se dan entre padres e hijos o entre amos y esclavos. Además, la atenuación de los caracteres de los tipos hace que ningún personaje sea totalmente malo ni totalmente bueno, reflejando la complejidad de los seres humanos. Los personajes evolucionan, llegando a comprenderse y a amarse mejor. Todo ello hace que la comedia de Terencio, a pesar de algunas escenas muy alegres, sea, en el fondo, poco cómica. Sus obras, más que la risa desbordante, buscan la sonrisa reflexiva.

El Lenguaje de Terencio: Estilo y Precisión

La lengua de Terencio, aunque en apariencia muy simple y un tanto árida, es precisa y carece de un colorido excesivo. Refleja fielmente el estilo de conversación de los círculos cultos y aristocráticos que el autor frecuentaba.

La Versificación en las Comedias de Terencio

La versificación de Terencio es correcta, pero dista mucho de presentar la variedad y riqueza de Plauto. En sus obras, la música queda relegada a un papel secundario de mero acompañamiento.

Conclusión: El Legado de Terencio en la Comedia Romana

Entre Plauto y Terencio, a pesar de sus fuentes comunes, existe un abismo significativo. De la farsa lírica y popular de Plauto, pasamos al drama psicológico de Terencio, que se mantiene más fiel a los originales griegos. El teatro de Terencio, por su naturaleza más refinada, resultó menos accesible al gran público romano. Sin embargo, aunque es considerado menos genial en su comicidad que el de Plauto, es más perfecto en su construcción y profundidad, lo que lo relegó a ambientes más selectos y cultos.

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