Tipos de Vegetación y Bosques en la Península Ibérica: Características y Distribución Geográfica

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Diversidad de la Vegetación en la Península Ibérica

La Península Ibérica, con su variada orografía y diversidad climática, alberga una rica y compleja vegetación. A continuación, se detallan las principales formaciones vegetales, sus características distintivas y su distribución geográfica.

Vegetación de la Región Atlántica

Esta región se caracteriza por su elevada humedad y temperaturas más suaves, lo que favorece el desarrollo de bosques caducifolios y formaciones de matorral específicas.

El Haya

El haya prefiere los suelos calizos y se encuentra principalmente en la Cordillera Cantábrica y el Pirineo navarro, entre los 800 y 1500 metros de altitud. Es una especie muy exigente en humedad, no tolera la aridez y es muy resistente al frío.

La Landa o Matorral Atlántico

Esta formación vegetal aparece en suelos pobres, a menudo por degradación del bosque caducifolio. Las especies más comunes que la componen son:

  • Tojo
  • Brezo
  • Retama
  • Piorno

Áreas de Transición y Relieves Montañosos

En las zonas de transición hacia el clima mediterráneo y en los relieves montañosos del interior, se desarrolla una vegetación adaptada a condiciones intermedias.

El Bosque Marcescente

El bosque marcescente es característico de estas áreas, adaptado tanto a la aridez como a la resistencia al frío. Sus hojas permanecen secas en el árbol durante el invierno antes de caer en primavera.

Vegetación de la Región Mediterránea

La vegetación de la región mediterránea se extiende por el espacio peninsular de clima mediterráneo, las Islas Baleares, Ceuta y Melilla. La aridez estival, propia de su clima, es el factor principal que condiciona estas formaciones vegetales.

El Bosque Esclerófilo Mediterráneo

Este es el bosque propio de la zona en su estadio clímax. Se caracteriza por:

  • Árboles de unos 20 metros de altura.
  • Corteza rugosa y tronco irregular.
  • Profundas raíces para buscar agua.
  • Hojas perennes, pequeñas y coriáceas (duras y resistentes a la sequía).
  • Los árboles aparecen separados entre sí para optimizar la captación de luz.

El sotobosque es diverso, destacando especies como el madroño, el lentisco o la jara.

Formaciones Primarias Clave

Dentro del bosque esclerófilo mediterráneo, destacan dos especies arbóreas fundamentales, que a menudo se complementan con el algarrobo y el acebuche.

La Encina

La encina es la formación más extendida en la región mediterránea, poseyendo una gran capacidad de adaptación a diferentes tipos de suelos y altitudes. Está acompañada de un sotobosque de gran variedad y riqueza, incluyendo especies como el lentisco, la jara o la madreselva. Se caracteriza por su aprovechamiento maderero (leña) y por su importancia en usos agrícolas y ganaderos (dehesas).

El Alcornoque

El alcornoque se desarrolla sobre suelos silíceos y es más exigente que la encina, ya que necesita mayor humedad y no soporta bien el frío. Se encuentra principalmente en el suroeste peninsular y en Gerona. Entre sus usos tradicionales, destaca el aprovechamiento de su corteza para la producción de corcho.

Formaciones Secundarias (Introducidas por el Ser Humano)

Estas formaciones vegetales han sido introducidas o fomentadas por la actividad humana, a menudo con fines económicos o de reforestación.

El Castaño

El castaño se desarrolla sobre suelos silíceos en ambientes húmedos y templados, siendo valorado por su fruto y su madera.

El Pino

El pino crece sobre suelos y climas muy diversos, lo que explica su amplia difusión. Las especies atlánticas más comunes son el pino resinero y el pino albar.

El Eucalipto

El eucalipto es una especie procedente de Tasmania, muy utilizada en la industria maderera y papelera. Sin embargo, su cultivo intensivo es conocido por empobrecer y acidificar los suelos.

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