Tipos de Viviendas en la Antigua Roma: Domus, Insulae y Villae

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Domus

Las domus eran viviendas unifamiliares, habitadas generalmente por gente adinerada. Se caracterizaban por tener una sola planta, escasas ventanas y altos muros, lo que las aislaba del ruido y el calor exterior. No eran llamativas ni atrayentes desde fuera. La planta se dividía en atrium y peristylum, patios rodeados de habitaciones con una parte central al aire libre, pero diferentes entre sí.

  • Iuana: Era la entrada principal, situada en la parte que daba a la calle. Consistía en una gran puerta de doble hoja.
  • Vestibulum y Fauces: Tras cruzar la puerta, se encontraba un corredor corto que conducía al atrium.
  • Atrium: Era la parte más importante de la casa, amplia y alta, y contenía muchos muebles.
  • Compluvium: Abertura cuadrada al descubierto en el tejado, que estaba ligeramente inclinado hacia adentro, permitiendo el paso de la luz.
  • Impluvium: Estanque situado justo debajo del compluvium. Era cuadrado y poco profundo, revestido de mármol, y recogía el agua de lluvia.

Lo más sorprendente del atrio era su sentido del espacio. La altura del techo, el trozo de cielo visible a través de la abertura, la gran extensión del piso y la falta de muebles contribuían a esta impresión. Los pocos muebles que podían verse eran alguna mesa de bronce o de mármol, un canapé y un cofre donde se guardaban las cosas de valor de la familia. En un rincón, cerca de la puerta principal, podía encontrarse una pequeña capilla donde se rendía culto a los dioses de la familia (lararium). El suelo era de mármol. Los muros del atrio estaban decorados con pinturas brillantes sobre yeso. En la mayoría de estas pinturas había escenas de historias conocidas, sobre todo mitos griegos.

El peristylum era un jardín rodeado por un pórtico con columnas. Alrededor de esta columnata se encontraban la cocina (culina), los servicios (latrina), el comedor de verano, la vivienda de los esclavos y los locales de almacén. Algunas casas tenían también baños propios. Al igual que en el atrio, los muros del peristilo estaban frecuentemente decorados.

Desde el atrio se pasaba a través del tablinum (el estudio o despacho) o a través de un pasillo estrecho (andron) a la zona de detrás, donde se encontraba el peristilo (peristylium).

Alrededor del atrio estaban situadas las habitaciones principales usadas por el dueño y su familia: los dormitorios, el estudio y el comedor (cubicula, tablinum y triclinium, respectivamente). Las entradas a estas habitaciones no solían disponer de puertas de madera, sino de una cortina gruesa corrediza.

Insulae

En flagrante contraste con el lujo y la amplitud de las viviendas de la clase acomodada, las personas sin recursos (la inmensa mayoría) vivían como inquilinos en bloques de apartamentos (cenacula) de seis o más pisos, conocidos con el nombre de insulae, porque ocupaban una manzana entera.

Se accedía a los pisos por unas empinadas escaleras que había que subir y bajar continuamente, pues las viviendas, además de pequeñas y mal iluminadas, carecían de agua corriente, y los servicios (cuando los había) eran comunales y se encontraban en la planta baja. Esta planta estaba dedicada a los diferentes negocios, cuyos propietarios solían vivir en un altillo encima de su taberna.

Dados los materiales y las técnicas de construcción, eran viviendas ruidosas, sin apenas intimidad, en las que los incendios y derrumbamientos eran frecuentes.

Villae

Las villae eran edificaciones realizadas fuera de las ciudades, bien con el fin de gestionar una explotación ganadera o agrícola (villae rusticae), o como lugar de descanso de personajes destacados (villae urbanae). La villa urbana o de recreo disponía de todas las comodidades de la época, además de jardines y espléndidas vistas. Las villas rústicas, como es lógico, disponían de caballerizas, bodegas, almacenes, huertos... pero también muy a menudo incluían una residencia noble para los dueños.

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