Tito Livio: El Historiador de Roma y su Monumental Obra _Ab Urbe Condita_
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Tito Livio nació en el año 59 a.C. y murió en el 17 d.C. Aunque en su juventud fue autor de obras filosóficas y retóricas que hoy desconocemos, su fama se debe a su trabajo como autor de una gran obra sobre la historia de Roma. Estamos hablando de Ab Urbe Condita, 142 libros que recogen lo acontecido en Roma desde su fundación hasta la muerte de Druso.
Su Obra
Aunque la obra de Tito Livio en su forma artística está ligada a la época de Cicerón, en lo esencial tenemos que situarla dentro de la literatura augustea. Tito Livio no tiene el mismo entusiasmo que Virgilio y Horacio por el emperador, pero comparte con ellos la idea de que Augusto será quien termine con la decadencia moral y recupere el antiguo espíritu de la Antigua Roma. De hecho, la obra de Livio es un homenaje a esa vieja Roma en oposición a los acontecimientos de los últimos 100 años.
Más o menos en el 30 a.C. llega a Roma. En esta ciudad empieza a escribir Ab Urbe Condita, obra que le dio fama ya en vida.
Las Fuentes
Ab Urbe Condita constaba de 142 libros, de los cuales solo han llegado hasta nosotros del 1 al 10 y del 21 al 45. Sin embargo, tenemos información sobre el contenido de toda la obra.
Para llevar a cabo esta obra, Livio no estudia las fuentes originarias ni tampoco visita los lugares de los que habla. Hay que tener en cuenta que su obra es muy amplia, y eso sería imposible. Sus fuentes principales fueron los analistas: Claudio Cuadrigario, Valerio Antias, Celio Antípatro y Polibio.
Una vez recogidas las fuentes, lo que hace es adherirse a una determinada exposición y después, esta es completada o corregida con la ayuda de otra fuente. Pero es común que dos fuentes ofrezcan versiones distintas, por lo que el método de trabajo escogido por Livio da lugar a frecuentes inexactitudes y discrepancias cronológicas. Por otro lado, su fuerte sentimiento patriótico hace que a veces suprima datos o enfatice otros.
Sus Objetivos
Son varias las intenciones que Tito Livio tiene cuando escribe Ab Urbe Condita:
- Quiere hacer una obra de arte que tenga también un carácter moralizador, como correspondía a la tradición de los historiadores romanos.
- Pretende que su historia sea una obra literaria, especialmente una obra de la oratoria. De este modo comparte con Cicerón la forma de entender la historia.
- Asociado como historiador a Augusto, quiso que su obra fuese una obra nacional.
Todas estas intenciones llevan a Tito Livio a hacer una obra que recoja todo el pasado de Roma. Lo que quiere es una narración imparcial y general. Sin embargo, su objetivo patriótico y moralizador le hace desviarse del método histórico objetivo. Nuestra manera de entender la labor de historiador está lejos de la practicada por Tito Livio, quien incluye en su obra hechos fabulosos y prodigios, al tiempo que utiliza como fuentes a historiadores anteriores que en muchos casos son muy discutibles, sin echar mano de documentos auténticos y eligiendo de las versiones de los acontecimientos aquella que considera más verosímil.
Dificultades Enfrentadas
Hay que tener en cuenta que para llevar a cabo la redacción de su enorme obra, Tito Livio encontró tres dificultades importantes:
- La falta de información, especialmente en todo lo referente a la época primitiva. Hasta la instauración de la República existía la sospecha de que la historia de Roma pertenecía más a la leyenda que a la realidad.
- La imposibilidad de acceder a los archivos públicos y privados.
- Livio carecía, al revés que César o Salustio, de formación política de tipo práctico. Nunca había desempeñado cargos públicos; no tenía, por tanto, experiencia para emitir juicios e interpretar algunos datos.
Su Estilo
Se caracteriza por utilizar periodos densos y simétricos, expresiones antiguas, abundantes metáforas y comparaciones. Además, introduce en su narración discursos que, aunque estén bien construidos, carecen de base histórica.