Tiziano y el Quattrocento: Dos Pilares del Renacimiento Italiano
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Tiziano: Un Maestro de la Escuela Veneciana
Tiziano fue un pintor italiano del Renacimiento, uno de los mayores exponentes de la Escuela Veneciana. En Venecia se desarrolló un estilo pictórico donde predominaba el color, en contraposición a las líneas y los contornos. Se le da una especial importancia al paisaje, al igual que se rinde culto al lujo y la riqueza. Es una pintura armoniosa, donde la luz y el color se funden e integran perfectamente. Tiziano, junto a Giorgione y Veronés, es uno de los artistas más destacados de la escuela del siglo XVI. Tuvo una vida muy longeva, por lo que su estilo pudo evolucionar mucho, y a lo largo de ella recibió numerosos honores por la labor realizada. Incluso el emperador Carlos V le nombró conde palatino y recibió también el favor de su hijo, Felipe II.
Obras Destacadas de Tiziano
- En sus cuadros de temas mitológicos, como La Bacanal o La Venus de Urbino, destacan la gran sensualidad de sus desnudos femeninos, el dinamismo, la utilización de una fuerte iluminación y el rico cromatismo.
- Sus obras religiosas son de estudiada composición, gran sensibilidad cromática y solemnidad, como La Asunción de Santa María dei Frari, de Venecia.
- Es muy importante también su trabajo como retratista cortesano, que le convirtió en uno de los artistas más famosos de su tiempo. Crea un tipo de retrato solemne y opulento; retrato de aparato que emana una gran elegancia compositiva que concede gran importancia al escenario y al traje; destacando el estudio psicológico del personaje, como en su retrato de Carlos V en la batalla de Mühlberg, del Museo del Prado.
El Quattrocento: Experimentación y Humanismo en el Arte Italiano
El Quattrocento es uno de los períodos más importantes de experimentación artística, en el que se preocupan por recuperar las formas clásicas grecolatinas y por conocer a fondo al hombre. Pertenece al arte italiano correspondiente al siglo XV. Este periodo se caracteriza por la recuperación de la Antigüedad clásica y la superación de los esquemas medievales que supeditaban el arte a la religión y a una finalidad didáctica. Durante esta época se supera el teocentrismo y se impone una cultura basada en el Humanismo. El arte abandona su carácter artesanal para convertirse en una actividad intelectual. Los artistas serán personas instruidas en temas como geometría, historia, cultura clásica, ciencias y naturaleza; empiezan a firmar sus obras y serán elevados a la categoría de genios. Este arte humanista captará la atención de príncipes, nobles y ricos burgueses que descubrirán el placer del arte y la cultura y que se convertirán en los mecenas de los nuevos artistas. La república de Florencia será la principal impulsora de este nuevo arte gracias al mecenazgo de grandes familias como los Médici.