Tomás de Aquino: Las Cinco Vías para la Demostración Filosófica de la Existencia de Dios
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Tomás de Aquino: Razón y Fe en la Demostración de la Existencia de Dios
Tomás de Aquino, como creyente y filósofo, considera que una tarea fundamental de la razón es demostrar la existencia de Dios. Para ello, se plantea dos cuestiones esenciales:
- ¿Es necesario demostrar la existencia de Dios? Para Aquino, la respuesta es afirmativa. Aunque en su contexto religioso la creencia en Dios era común, no la consideraba evidente ni inmediata para la razón humana.
- ¿Es posible demostrar la existencia de Dios? Aquino responde también afirmativamente, explicando que es posible si se sigue el procedimiento adecuado: partir de los seres del mundo, considerados como efectos, para llegar a Dios como su causa. Esta demostración es a posteriori (de lo posterior a lo anterior), en contraste con la demostración a priori (de lo anterior a lo posterior), que Aquino descarta para este caso.
Las Cinco Vías de Tomás de Aquino para Probar la Existencia de Dios
Para probar la existencia de Dios, Aquino propone cinco argumentos, conocidos como las "Cinco Vías". Cada una de estas vías está estructurada en cuatro pasos sucesivos y utiliza elementos de diversas fuentes filosóficas, como el aristotelismo y el platonismo.
Los cinco argumentos de Tomás de Aquino para demostrar la existencia de Dios siguen una estructura similar. A continuación, se describen brevemente cada una de ellas:
- Primera Vía: El Movimiento. La más genuinamente aristotélica, parte del hecho del movimiento en el mundo para alcanzar la existencia de Dios como Motor Inmóvil.
- Segunda Vía: La Causalidad Eficiente. Parte del hecho de que existen causas causadas para culminar en la existencia de una Causa Incausada o Primera Causa.
- Tercera Vía: La Contingencia. Inspirada en el filósofo árabe Avicena, parte de que hay seres contingentes (que pueden existir y no existir), y llega a la afirmación de que ha de haber un Ser Necesario (que no puede no existir).
- Cuarta Vía: Los Grados de Perfección. De ascendencia platónica, arranca de que hay seres más y menos perfectos, es decir, grados de perfección, para concluir afirmando que ha de haber un Ser Sumamente Perfecto.
- Quinta Vía: La Finalidad o Gobierno del Mundo. Toma como punto de partida el orden que se manifiesta en el comportamiento natural de los seres del mundo para terminar afirmando la existencia de una Inteligencia Ordenadora.
Desarrollo Detallado de la Primera Vía: El Movimiento
A continuación, se explica en detalle la primera de las vías, la del movimiento, que sirve como ejemplo de la estructura argumentativa de Aquino:
- Parte del hecho de experiencia del movimiento en el mundo, entendiendo el movimiento como cualquier cambio o transición de potencia a acto.
- Todo lo que se mueve es movido por otro, ya que para que algo se mueva a sí mismo, tendría que estar al mismo tiempo en potencia y en acto respecto a lo mismo, lo cual es absurdo.
- Una cadena infinita de seres movidos es impensable, ya que sin un primer motor no existiría el segundo ni ninguno más.
- Por lo tanto, debe existir un Primer Motor Inmóvil que cause el movimiento de los demás.
Este Primer Motor es lo que todos entienden como Dios.
Otras Vías Mencionadas:
- Causalidad
- Contingencia
- Grados del Ser
- Finalidad
El Problema de la Esencia de Dios en la Filosofía Tomista
Una vez demostrado que el Ser Necesario existe, surge la cuestión de investigar su naturaleza o esencia. Sin embargo, esto presenta una dificultad intrínseca: no tenemos intuición directa de la esencia divina, ya que nuestro conocimiento depende de los sentidos, mientras que Dios trasciende la experiencia sensible.
Santo Tomás de Aquino es consciente de esta limitación: no podemos saber qué es Dios (quid sit Deus), sino solo si existe (an sit Deus). Según él, la sustancia divina es tan inmensa que supera cualquier forma que nuestro entendimiento pueda captar. Por lo tanto, solo podemos conocer algo de Dios reconociendo lo que no es. Esta es la vía negativa (o via remotionis), por la cual aprendemos que Dios no es corpóreo, inmutable, infinito, etc.
Por otro lado, también podemos conocer algo de Dios a través de la vía afirmativa (o via causalitatis), que consiste en atribuirle las perfecciones que observamos en las criaturas, como bondad, sabiduría o poder. Sin embargo, esto plantea un dilema: si esas perfecciones las tomamos de las criaturas, ¿estamos aplicando conceptos que solo se refieren a los seres sensibles? Esto genera dos posibles problemas: o estamos haciendo afirmaciones falsas sobre Dios al usar conceptos de las criaturas, o los predicados sobre Dios quedan vacíos y sin contenido.