Tragedia, Comedia y lo Grotesco: Categorías Estéticas y Literarias
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Lo Trágico: Destino y Sufrimiento en la Experiencia Humana
Episodios funestos y eventos desafortunados son parte de la vida humana. Son hechos sangrientos, de gran amargura y dolor; sentimientos que pueden ser expresados artísticamente, creando así una categoría estética. Esta categoría, que también nos llega desde los griegos, se manifiesta en las tragedias de Esquilo, Eurípides y Sófocles, por ejemplo. En las obras trágicas, el destino juega un papel crucial, a menudo incluyendo elementos como el desamor, el engaño y el homicidio. Lo que caracteriza a estas obras es la imposibilidad de escapar de una situación funesta; un conflicto sin solución. La situación es desdichada, cerrada y con un desenlace fatal. Para Aristóteles, la tragedia surge cuando la felicidad se transforma en desgracia.
El personaje trágico es un ser desdichado, cuya vida desemboca en la desventura; su destino es sufrir. Aristóteles no solo describe el buen comportamiento del personaje trágico al que el destino le trunca la felicidad, conduciéndolo a un final desdichado, sino que también subraya el modo en que la situación afecta al espectador. Este efecto es llamado kátharsis, término griego que se traduce como “purificación”.
Lo Cómico: Risa, Defectos y la Percepción Lúdica de la Realidad
Lo cómico es un producto del psiquismo humano que responde a la capacidad de percibir con sentido lúdico los aspectos defectuosos, deformes o insólitos de la realidad física y de los comportamientos sociales del hombre. Estos aspectos, por sus características, son interpretados como ridículos o hilarantes.
En la historia de la Estética, la Psicología y la Teoría Literaria han surgido diversos intentos de explicar el fenómeno de la comicidad y la risa. En su Poética, Aristóteles afirma que lo cómico consiste en el placer de reírse ante lo desagradable y defectuoso, es decir, ante lo feo.
Kant interpreta una de las formas de expresión de lo cómico –el chiste– como un mecanismo de sucesión de desconcierto y esclarecimiento, al igual que Freud. Hegel descubre en lo cómico un elemento de resolución de tensiones. Schopenhauer considera que el placer de la risa es provocado por la aprehensión de la incongruencia entre lo pensado y lo percibido (lo real).
Otros procedimientos cómicos serían el chiste, la chanza, la broma y la ocurrencia ingeniosa. Freud distingue el humor de la mera comicidad: esta última encuentra obstáculos para producirse en presencia del dolor; el humor, en cambio, es un medio de conseguir placer a pesar de los efectos dolorosos que pudieran presentarse. Un ejemplo de esto es el condenado a muerte que pide que la hoja de la guillotina no esté oxidada, porque su cuello podría infectarse. Además de lo señalado por Freud, tendríamos como especies de lo cómico la ironía, la sátira y la bufonada.
Lo Grotesco: Distorsión, Exageración y Crítica Social
La palabra "grotesco" proviene del italiano “grotta” (gruta) y significa extravagante, irregular, grosero, de mal gusto. Originalmente, se aplicó a ciertas figuras caprichosas o extravagantes encontradas en pinturas de monumentos romanos excavados en la época renacentista. Posteriormente, "grotesco" ha designado una categoría estética y literaria que alude a lo exagerado premeditadamente; a una reconstrucción desfigurada de la naturaleza; a una unión imposible de los objetos, tanto en la naturaleza como en nuestra experiencia cotidiana (Bajtín); a una distorsión de la apariencia externa; a una fusión de lo animal con lo humano; a una mezcla de la realidad con el ensueño.
Entre los subgéneros literarios más frecuentemente utilizados en la deformación grotesca de la realidad (ya se trate de seres humanos, instituciones, ideologías o valores), figuran la caricatura, la farsa y la parodia burlesca, entre otros. Estos subgéneros pueden perseguir el goce estético provocador de la risa o una intencionalidad satírica de carácter moral o político.
Lo grotesco pone en evidencia una parte de la realidad humana: su corporalidad y animalidad, manifestada en sus instintos primordiales. Esto permite realizar una crítica a la pretendida racionalidad, armonía y orden de las relaciones humanas, y entender la subversión del esquema de valores de ciertas sociedades establecidas.