Transformación Demográfica y Desequilibrios Regionales en la España de Principios del Siglo XX

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Evolución Demográfica

Desde el punto de vista demográfico, España experimentó un importante crecimiento poblacional, pasando de 18,5 millones de habitantes en 1900 a 23,5 millones en 1930. Este aumento se produjo a pesar de eventos adversos como la epidemia de gripe de 1918 y la Guerra de Marruecos, que causaron cerca de 50.000 muertes. Además, la oleada migratoria hacia Latinoamérica y Francia entre 1904 y 1912, que afectó a más de 100.000 españoles anualmente, especialmente gallegos, canarios y levantinos, también impactó en la demografía.

Tras la Primera Guerra Mundial, España completó su Transición Demográfica, con casi un siglo de retraso respecto a otros países europeos. Las tasas de natalidad se situaron por debajo del 30‰ y las de mortalidad por debajo del 15‰, gracias en gran medida al descenso de la mortalidad infantil, que pasó del 12% en 1900 al 5% en 1930. Como consecuencia, la esperanza de vida aumentó significativamente, pasando de 29,1 a 50 años, gracias a las mejoras en las condiciones higiénicas y la dieta alimenticia.

Crecimiento Urbano

Se produjo un aumento espectacular de la población urbana, que pasó del 17% en 1900 al 43% en 1930. Madrid y Barcelona superaron el millón de habitantes en 1930, seguidas por Valencia (325.000), Zaragoza (175.000), Bilbao (160.000), Sevilla y Málaga (150.000). A pesar de este crecimiento, el 60% de los españoles seguía viviendo en núcleos de menos de 10.000 habitantes.

Desequilibrios Regionales

A pesar del avance industrial, España seguía siendo un país fundamentalmente agrario y se mantenían importantes desequilibrios regionales entre los núcleos industriales del norte y la España rural.

La España Rural

Las regiones rurales (Andalucía, Extremadura, Castilla, Canarias, Galicia, Castilla-La Mancha) tenían un PIB por habitante entre un 20% y un 30% inferior a la media nacional. Estas disparidades fueron fuente de numerosas tensiones políticas y sociales.

  • En Andalucía y Extremadura, la agricultura cerealista, el olivar y la vid se mantenían en latifundios de extensiones superiores a las 100 hectáreas.
  • En las Dos Castillas y Aragón, dominaban los cereales y el olivar, con propiedades de superficie mediana.
  • En Galicia y Asturias, la ganadería y sus productos derivados seguían siendo predominantes, con una estructura de propiedad basada en el minifundismo.

Los Núcleos Industriales del Norte

Cataluña, el País Vasco y Madrid, los principales núcleos industriales, concentraban a una quinta parte de la población española, la mayor parte de las industrias y un PIB por habitante muy superior a la media nacional.

  • Cataluña era la región industrial más importante de España, concentrando el 90% de la industria textil. Junto a esta industria, se desarrollaron las de alimentación, cuero, madera, química y construcción. También destacó la construcción ferroviaria, con empresas como "La Maquinista Terrestre y Marítima" de Barcelona.
  • El País Vasco monopolizaba la industria siderúrgica (Altos Hornos de Vizcaya) y la construcción naval (Compañía Euskalduna y Sociedad Española de Construcción Naval), sectores protegidos por el Estado mediante aranceles en 1890, 1906 y 1922.
  • Madrid, aunque no era inicialmente una ciudad industrial, se convirtió en sede central de los principales bancos (Hispano-Americano, Español de Crédito) y de importantes empresas del país.

Otras Regiones Industriales

  • Galicia experimentó un impulso de la industria conservera desde 1880, con un gran auge a partir de 1920.
  • Asturias contaba con empresas de cemento Portland y de abonos (Cros S.A.).
  • Zaragoza se especializó en la fabricación de locomotoras y coches de viajeros (como Casa Cardé).
  • Valencia albergaba empresas siderúrgicas como "Altos Hornos del Mediterráneo" (Sagunto).

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