Transformación Económica en el Franquismo: Autarquía, Estabilización y Desarrollo
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La Economía en el Primer Franquismo (Autarquía)
La economía en el Primer Franquismo se basó en una autarquía o autosuficiencia, debida a factores externos como el aislamiento, y a la ideología de carácter fascista, que se basó en:
- Control de exportaciones e importaciones.
- Racionamiento (desarrollo del mercado negro y corrupción).
- Fomento de la industria pesada (creación de RENFE y fundación del Instituto Nacional de Industria).
Todo esto produjo un incremento en el gasto público e inflación. El fracaso del modelo autárquico hizo que se produjera un cambio en la economía. La Guerra Civil y el cambio en la política económica norteamericana hicieron que desde 1951 comenzara a llegar ayuda económica norteamericana. La inflación trajo, sin embargo, un fuerte malestar social. Franco permitió la entrada en el gobierno en 1957 de un grupo de jóvenes tecnócratas del Opus Dei que diseñaron el giro definitivo en la política económica: el Plan de Estabilización de 1959.
La Economía en el Segundo Franquismo (1959-1973): Apertura y Desarrollo
En la economía del Segundo Franquismo (1959-1973) se produjo el abandono de la autarquía. Entre 1957 y 1974 hubo un gran crecimiento económico de la economía española, que pasó de la estructura agraria a la industrial.
En 1959, con el Plan de Estabilización, comienza el proceso de apertura. El gobierno español se comprometió con el Banco Mundial y el FMI a realizar reformas estructurales en la economía nacional, tales como reducir el intervencionismo estatal.
Planes de Desarrollo
También se pusieron en marcha Planes de Desarrollo, centrándose en la planificación del sector industrial a través de dos vías:
- Acciones estructurales, para solucionar algunas deficiencias de la industria como la pequeña dimensión o la baja productividad.
- Creación de polos de desarrollo, para promover la industrialización en determinadas zonas mediante incentivos fiscales. Esto hizo que España creciera de forma desigual.
Los planes de Desarrollo provocaron el aumento de las exportaciones, el aumento de los salarios y el aumento del nivel de vida, por lo que los españoles entraron en la sociedad de consumo de masas.
En todo esto influyó también la emigración a Europa, además del turismo, ya que llegaron a España divisas extranjeras que tenían más valor que la peseta. Las remesas enviadas por los emigrantes y la conversión de España como potencia turística permitieron conseguir el superávit en la balanza de pagos.