Transformación Literaria en España: Realismo Social y la Novela Experimental (1960s)
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El Realismo Social y sus Vertientes
Pronto aparecerían ensayos con valor de manifiestos que propugnaban el realismo social. Se creía que el escritor debía ponerse al servicio de una voluntad de transformar la sociedad y comprometerse ante la injusticia social. De ahí que asumiera un deber de denuncia que otros medios de expresión más adecuados no podían cumplir.
En cuanto a la orientación estética, dentro del realismo dominante, pueden señalarse varias actitudes, con predominio del objetivismo y el realismo crítico.
- El objetivismo se propone un testimonio escueto, es decir, dar veracidad a lo narrado desde la tercera persona, de manera que se desvincule a los personajes.
- El realismo crítico, en cambio, no se limita a reflejar la realidad, sino que pone de relieve las miserias e injusticias con ánimo de denuncia.
La Novela Experimental de los Años Sesenta
A partir de 1960 comienzan a manifestarse signos de cansancio del realismo dominante en la novela española. Los autores españoles tienen cada vez más en cuenta las aportaciones de los grandes novelistas extranjeros y, sobre todo, de la nueva novela hispanoamericana.
Autores y Obras Clave
En 1962 surge Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, que presenta en su novela nuevas formas narrativas. El argumento sirve para realizar una detallada descripción de los diferentes grupos sociales del Madrid de la época, en los años que van de 1962 a 1975.
También escritores que habían publicado novelas en la década anterior se suman a este afán renovador:
- Camilo José Cela, con San Camilo, 1936.
- Miguel Delibes demostraba su capacidad de incorporar nuevas técnicas en Cinco horas con Mario, un largo soliloquio en que la protagonista evoca desordenadamente una vida y sus obsesiones a través del monólogo y el desdoblamiento del narrador en segunda persona.
Más audaz sería Parábola de un náufrago, relato simbólico y alucinante que nos hace pensar en Kafka. Facetas novedosas presentarían obras posteriores, como Los santos inocentes. Torrente Ballester daba entrada a lo imaginativo en su novela Don Juan.
También los novelistas de la «generación del medio siglo» seguirían más pronto o más tarde por los nuevos caminos novelísticos. Destacan:
- Juan Benet con Volverás a Región, novela que no tiene acción y sucede en un espacio simbólico, Región, en el que el recuerdo de unos hechos vividos durante la Guerra Civil llenará la narración.
- Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa, una novela en la que se mezcla la denuncia social con el monólogo.
- Juan Goytisolo, con Juegos de manos, en la que ofrece una visión crítica de la juventud burguesa del momento, o Señas de identidad, una novela que aborda la realidad desde distintos puntos de vista. En esta última, un exiliado regresa a España, busca sus raíces y se da cuenta de que él ya no pertenece a ese mundo.
- También pueden destacarse autores como Luis Goytisolo y Francisco Umbral.
Características de la Novela de los Años Sesenta
- El narrador no es omnisciente ni objetivo; se difumina en la historia buscando la complicidad del lector. Se usa con frecuencia la segunda persona, que permite el desdoblamiento del narrador.
- Se rompe la linealidad temporal del relato y se utiliza el flashback.
- Se utiliza el monólogo interior para reflejar mejor el fluir de la conciencia.
- El lenguaje es rico en recursos retóricos, como metáforas y símbolos. Los diálogos muestran gran variedad de registros.