Transformación de Políticas Económicas: Reindustrialización y Liberalización de Servicios
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La Nueva Política Industrial
En las primeras décadas del siglo XXI, las economías avanzadas, especialmente Estados Unidos, han cambiado su enfoque de confianza en el mercado y apertura comercial hacia una mayor intervención pública y restricciones comerciales. Este cambio comenzó en 2012 con medidas para reindustrializar el país, intensificadas bajo la administración de Trump con políticas nacionalistas y restricciones al comercio, especialmente contra China.
Las tensiones geopolíticas, particularmente la lucha tecnológica entre Estados Unidos y China, han llevado a una "guerra de subvenciones" que puede causar una mala asignación de recursos. El presidente Biden ha continuado con políticas proteccionistas, impulsando programas como el Inflation Reduction Act y el Chips and Science Act para fortalecer la autonomía estratégica y reducir la dependencia del exterior.
La estrategia industrial de Estados Unidos se centra en incentivos fiscales y subvenciones para empresas locales, lo que podría contravenir las normas de la OMC. Esta organización ha tenido dificultades para enfrentar las políticas de subsidios de China, que han hecho del país un líder en áreas tecnológicas y medioambientales.
La Unión Europea también busca promover la reindustrialización y la autonomía estratégica, aunque mantiene la apertura comercial y el multilateralismo. La UE ha relajado sus normas sobre ayudas estatales y ha presentado el Plan Industrial del Pacto Verde, que incluye la European Chips Act y la Net-Zero Industry Act para fomentar la producción de semiconductores y tecnologías limpias.
Sin embargo, hay preocupaciones sobre una posible guerra de subvenciones tanto entre la UE y Estados Unidos como dentro de la propia Europa, lo que podría afectar la competitividad y la cohesión del mercado interno. La UE enfatiza la simplificación regulatoria y una nueva perspectiva para las ayudas estatales. También la redefinición de relaciones con China y otros competidores tecnológicos, buscando cooperación y entendimiento en áreas sensibles como la robótica y la biotecnología.
La Política de Servicios
Históricamente, las actividades de servicios en España han estado muy reguladas debido a la intervención pública para corregir fallos de mercado y por la presión de grupos de interés que buscaban limitar la competencia. Este enfoque ha resultado en un sector altamente intervenido, con barreras a la entrada de nuevas empresas y regulaciones poco transparentes, desincentivando la eficiencia empresarial.
Desde los años 90, se han introducido medidas de desregulación, aunque con timidez. A partir de 1998, se impulsó la liberalización en sectores como telecomunicaciones, energía y transporte, mejorando precios y calidad en telecomunicaciones. No obstante, el progreso ha sido obstaculizado por el comportamiento de operadores dominantes, sancionados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
En la última década, la concentración del sector ha aumentado, con los tres principales operadores dominando el mercado. La competencia en el transporte de mercancías por ferrocarril comenzó en 2005, y en 2021 en el transporte de pasajeros, con España siendo el primer país europeo con tres operadores ferroviarios distintos. La liberalización en servicios postales ha mejorado la calidad, pero los avances en productos petrolíferos y servicios profesionales han sido limitados.
En el transporte aéreo, los beneficios se han concentrado en rutas densas, y las aerolíneas de bajo coste han aumentado la competencia. La liberalización del sector del taxi enfrenta serios obstáculos, con las comunidades autónomas regulando contra las plataformas VTC, pese a la creciente demanda de estas.
A pesar de estos desafíos, ha habido avances significativos en la desregulación de los servicios. En 2009, se aprobaron 2 leyes clave para facilitar el libre acceso a actividades comerciales y eliminar barreras administrativas, lo que ha generado beneficios en eficiencia, productividad y empleo. Se han implementado ventanillas únicas y trámites telemáticos, aprovechando la cuarta revolución industrial para impulsar la productividad.