Transformaciones Historiográficas: De Ranke a las Corrientes del Siglo XX

La Historiografía en la Segunda Mitad del Siglo XX

La Escuela de los Annales y el Marxismo (Años 50-60)

En los años 50 y 60, surgió una segunda generación en la historiografía de la Escuela de los Annales, influenciada tanto por factores externos como internos en Francia. En este periodo, también nació con gran fuerza en la historia la corriente del marxismo, marcando un hito significativo en el pensamiento historiográfico.

Transformaciones Académicas y Sociales (1968-1973)

La crisis de 1968-1973, iniciada con los eventos de mayo de 1968, propició una democratización definitiva del conocimiento académico. La ampliación de las becas incrementó el número de estudiantes universitarios, lo que a su vez generó protestas estudiantiles. Este acceso masivo permitió la entrada de personas de diversas etnias, estratos socioeconómicos y un mayor número de mujeres. La inclusión de estas nuevas perspectivas impulsó la aparición de nuevos temas y el estudio de nuevas sociedades, transformando tesis, opiniones e investigaciones universitarias, y alterando la estructura misma de la institución. Este proceso marcó un punto de inflexión en la historia y la historiografía.

El Impacto de la Crisis del Petróleo y el Neoliberalismo

La crisis del petróleo tuvo un gran impacto económico y marcó el fin del capitalismo industrial. Las sociedades habían evolucionado con el peso de los sectores industriales, pero a partir de entonces, la mayoría de las personas ya no trabajarían en la industria. Esta transformación puso en serios apuros al paradigma de explicación marxista, a lo que se sumaría la llegada de figuras como Thatcher y Reagan con el auge del neoliberalismo, redefiniendo el panorama económico y social global.

Leopold von Ranke y la Profesionalización de la Historia

La Concepción de la Historia como Ciencia

Leopold von Ranke concibió la historia como una ciencia e impulsó la profesionalización del trabajo del historiador. Al concebir la historia como ciencia, esta debía estar libre de juicios de valor. Para él, el historicismo ofrecía una visión del mundo. Ranke aportó un método de trabajo riguroso para entender y comprender las acciones e instituciones de los actores históricos. Para ello, la historia era fundamental. Según Ranke, debíamos abordar la historia con un método crítico, desarrollando una crítica textual. Esta se podía llevar a cabo mediante disciplinas como la filología, la paleografía, la numismática, entre otras. Para Ranke, el historiador debía dominar lenguas como el latín o el griego para comprender las fuentes y establecer su veracidad. Es importante destacar que los únicos documentos que Ranke aceptaba como fuentes válidas eran los textos escritos.

El Método Crítico y el Seminario de Historia

A partir de 1835, Ranke desarrolló la idea del seminario de historia, una forma innovadora de organizar la enseñanza del método crítico. Esto abrió el paso a la especialización y, posteriormente, a la profesionalización de la disciplina. Esta metodología se iría extendiendo a lo largo del siglo XIX por las demás universidades, sentando las bases de la formación historiográfica moderna.

Matices y Distinciones: Ranke frente a la Escuela de los Annales

La "caricatura" sobre Ranke por parte de la Escuela de los Annales tiene dos matices importantes:

1. Los Annales también creen que la historia es una forma de escritura y de literatura, sin dejar de ser una ciencia.
2. El historicismo no es positivismo. Esta confusión se generó debido a los discípulos de Ranke. El trabajo del historiador no es solo el método (determinar si las fuentes son verdaderas o falsas); también hay que comprender (entender, no solo explicar) los fenómenos históricos. Si esta dimensión de comprensión desaparece, hay una similitud entre positivismo e historicismo. Sin embargo, el historicismo se ve fuertemente influido por el idealismo, lo que lo distingue fundamentalmente del positivismo.