Transformaciones en la Nobleza Gallega del Siglo XIV
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Una nueva nobleza:
La aristocracia gallega mantuvo un perfil semejante desde la AEM hasta el siglo XIV. En esencia, hasta el siglo XIV no puede hablarse de la existencia de linajes: se mantienen las estructuras de parentesco bilineal y cognaticia. Es decir, reciben su importancia del padre y de la madre, y el reparto hereditario es igual tanto para el hijo como para la hija.
Nuevas realidades en el siglo XIV
Cambio en las estructuras de parentesco
En Galicia, este cambio se produce de manera más tardía. Estas nuevas realidades son solo perceptibles desde principios del siglo XIV. La condición nobiliar se transmite hereditariamente y, además, la herencia es ordenada por una relación patrilineal; esto permite hablar con claridad ahora sí de la cristalización de los linajes.
Cambios entre los componentes de las familias
El cabeza de familia tiene el poder decisivo en la transmisión hereditaria de los bienes. Se refuerza la línea masculina y el protagonismo del primogénito varón. El reparto hereditario es desigual a favor de este, ya no es equilibrado como lo era en la AEM. La supeditación de la esposa y los segundones se hace evidente: las mujeres pasan a ser más dependientes que en épocas anteriores, y los varones segundones enfrentan incertidumbre y un futuro no garantizado (aunque reciben una pequeña parte de la herencia).
Gracias a un ejemplo testamentario de 1402, sabemos que el patrimonio se divide en tres partes:
- El mayorazgo: incluye tierras “solariegas” y la parte principal de las propiedades, para el primogénito varón.
- Tierra y casa: en menor cantidad y de importancia secundaria para el linaje, para el segundón.
- Tercera parte: reservada para la hija (dinero, pero no de libre disposición, reservado para su matrimonio).
Responsabilidades del primogénito:
- Garantizar la continuidad y la integridad de las propiedades solariegas (garantizar la integridad del patrimonio familiar).
- Proteger al grupo familiar: garantizar el sustento de sus otros hermanos que han de serle obedientes.
- Deberes con la clientela integrada en la casa: vasallos y “mozos” de otras familias, que están en la casa educándose y criándose, que no forman parte biológicamente de la familia.
La caballería y los torneos como forma de promoción social:
Es la época cumbre del ideal caballeresco. También es la época cumbre de los grandes torneos. Para los jóvenes nobles, esta era una forma de adiestrarse para la guerra y una manera de promoción social.