Transformaciones Sociales y Conflictos en la Península Ibérica: Del Neolítico a la Guerra Civil
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Neolítico (8500 a.C.)
El Neolítico se caracteriza por la piedra pulimentada y dos descubrimientos fundamentales: la cerámica y la agricultura. Estos avances propiciaron el cambio de una vida nómada a una sedentaria. Destacan los asentamientos de Hacilar y Çatalhöyük. Se produce una incipiente diferenciación social y se establece el trueque como sistema de intercambio. El desarrollo de la agricultura conlleva un mayor rendimiento de recursos, el crecimiento de las poblaciones, el inicio del transporte, el aumento de los nacimientos y la aparición de la guerra, con la formación de grupos para el combate.
Edad de los Metales (3500 a.C. - Siglo II d.C.)
La Edad de los Metales se define por el uso de metales para crear herramientas, dividiéndose en tres etapas: Cobre, Bronce y Hierro. En la Península Ibérica, este desarrollo tiene particularidades. La metalurgia, definida como la técnica de obtención y trabajo de los metales, impulsa la especialización de los grupos de artesanos. El cobre se encuentra en estado nativo o se extrae de minerales. El bronce surge de la aleación de cobre y estaño. El hierro, por su parte, requiere técnicas de fundición. Existen tres teorías sobre la llegada de la metalurgia a la Península.
Romanización
La romanización es uno de los periodos históricos clave de la Península Ibérica. La conquista romana se relaciona con la rivalidad entre Roma y Cartago. Inicialmente, existieron buenas relaciones, pero las tensiones desembocaron en la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.). Para pagar las indemnizaciones impuestas por Roma, Cartago, bajo el liderazgo de Aníbal Barca, expande sus intereses en el Mediterráneo. Con un sistema político-militar consolidado, Cartago conquista Sagunto en el 218 a.C., dando inicio a la Segunda Guerra Púnica. Roma responde con dos ataques, mientras que Cartago intenta un ataque a través de los Pirineos. La figura de Cornelio Escipión destaca en la lucha tanto física como política. En el 201 a.C., Cartago es derrotada. Posteriormente, tienen lugar las Guerras Celtíberas (con episodios como la resistencia de Lusitania, el acuerdo de tierras con Viriato y el asedio de Numancia, ciudad que acogió a poblaciones derrotadas por Roma y se fortificó con una muralla). La tercera fase corresponde a las Guerras Cántabras, donde Roma explota la región en busca de plata, considerando la naturaleza como una divinidad. César Augusto Octavio reacciona y conquista la zona.
Segunda República (1931-1936)
Tras la dictadura de Primo de Rivera y el gobierno de Dámaso Berenguer, Juan Bautista Aznar convoca elecciones municipales como una especie de referéndum. El 14 de abril de 1931, Alfonso XIII abdica y, horas más tarde, se proclama la Segunda República, formándose un gobierno provisional. El objetivo principal es cambiar los símbolos nacionales. La primera gran reforma es la Constitución de 1931. Tras las elecciones constituyentes, ganan los partidos de izquierda. Se implementan cinco reformas principales: eclesiástica, militar, agraria, de la mujer y educativa (para combatir el analfabetismo).
Guerra Civil Española (1936-1939)
La dimisión de Lerroux (por el escándalo del estraperlo) y las posteriores elecciones, ganadas por la izquierda, no son bien recibidas por la derecha, lo que provoca levantamientos que responden con violencia. En julio de 1936 se produce un golpe de Estado organizado por Emilio Mola. El 18 de julio, a pesar de la desorganización inicial y la difusión de la noticia, los sublevados no se rinden e intentan conquistar Madrid, dando inicio a la Guerra Civil. Se forman dos bandos: el bando republicano, compuesto por milicias populares y las Brigadas Internacionales, y el bando sublevado o nacional. Se producen dos ataques principales (norte y sur), en la Sierra de Guadarrama y con el Ejército de África. En octubre de 1936, las tropas franquistas llegan a Madrid y la bombardean, logrando un avance significativo. En 1937, se producen dos ataques a Madrid que resultan en derrotas para los sublevados (batallas del Jarama y Guadalajara). Ante esto, el objetivo de rodear Madrid lleva a fijar la atención en el norte, con la ayuda de la Legión Cóndor, que bombardea el País Vasco. El 26 de abril de 1937, el bombardeo de Guernica permite el avance hacia el Mediterráneo. El territorio republicano queda dividido en dos zonas. Se produce una contraofensiva republicana desde Cataluña con la batalla del Ebro. En 1939, se intensifican los bombardeos sobre Barcelona y las líneas de seguridad (utilizadas por quienes intentaban huir de España). En enero, Barcelona se rinde. Dentro de Madrid, surgen dos posturas. En febrero, se promulga la ley de responsabilidades políticas. El 1 de abril de 1939 finaliza la guerra.