Transformaciones Sociales y Demográficas en la España del Siglo XIX: Clases, Migraciones y Economía

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Transformaciones Sociales en la España del Siglo XIX

En la década de 1840, una nueva sociedad comenzó a consolidarse en España. Los decretos de las Cortes de Cádiz, destinados a abolir los privilegios estamentales y establecer la igualdad jurídica, impulsaron un proceso que se consolidaría treinta años más tarde.

La Nueva Estructura Social y las Clases Dominantes

Para 1834, se calculaba una población de 14 millones de españoles. Este aumento demográfico, impulsado por el incremento de la natalidad, el descenso de la mortalidad y la disminución de la emigración al continente americano, propició una significativa remodelación urbana, especialmente en ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y Málaga, donde se iniciaron planes de ensanche para acoger a la creciente inmigración.

La nobleza, a pesar de los cambios, continuó manteniendo su prestigio y su posición de riqueza. La desamortización, por su parte, dio lugar a una burguesía terrateniente que conformaría la nueva aristocracia. También existía una burguesía de negocios, que ganaba peso en el panorama económico.

Las Clases Medias y sus Particularidades

Las clases medias estaban compuestas principalmente por intelectuales, militares y funcionarios, incluyendo profesionales como médicos y abogados. Algunos de ellos destacaron notablemente en el panorama político y como periodistas.

  • Militares: Dentro del estamento militar, se distinguía un estrato superior (oficiales), uno inferior (la tropa, formada por las capas más bajas de la sociedad), y otro intermedio (proveniente de las clases medias).
  • Funcionarios: Ocupaban puestos inestables debido a la figura de los "cesantes", que podían ser destituidos con facilidad.

El Campesinado y los Jornaleros: Vulnerabilidad y Conflicto

La desamortización afectó profundamente al campesinado modesto, que se vio obligado a aceptar las duras condiciones impuestas por los nuevos propietarios. Los jornaleros, en particular, vivían en condiciones miserables, a menudo siendo pagados en especies. Estas tensiones sociales desembocaron en episodios de quema de cosechas, bandolerismo y ocupación de fincas, reflejando el descontento rural.

La Situación del Obrero y el Nacimiento del Movimiento Asociacionista

La desaparición del artesano y del régimen gremial dio paso al sistema capitalista, donde la fábrica sustituyó al viejo taller. El proletariado, aunque no muy numeroso en sus inicios, comenzó a concentrarse en barrios periféricos. Las precarias condiciones de vida y laborales provocaron disturbios y las primeras acciones obreras.

  • Las primeras manifestaciones significativas aparecieron en Barcelona en 1835.
  • En 1840, se fundó el primer sindicato: la Sociedad de Tejedores, que fue inmediatamente prohibida.
  • A partir de 1850, el movimiento asociacionista se intensificó.
  • En 1854, Barcelona fue escenario de la primera huelga general, que fue brutalmente reprimida por el Ejército, resultando en la muerte de varios obreros.

El Lento Crecimiento Demográfico en la España del Siglo XIX

A lo largo del siglo XIX, España experimentó la primera etapa de la transición demográfica, que se extendió hasta principios del siglo XX. Esta fase se caracterizó por un descenso de la mortalidad y el mantenimiento de tasas de natalidad elevadas.

Características de la Transición Demográfica

La mortalidad se situaba en torno al 30%, siendo sus principales causas las malas cosechas, las epidemias y las guerras. Las tasas de natalidad, por su parte, comenzaron a descender en la última década del siglo XIX.

Durante la primera mitad del siglo XIX, la población española siguió creciendo a un ritmo similar al europeo-occidental, a pesar de eventos como la Guerra de la Independencia, la independencia americana y algunos períodos de hambruna y epidemias.

Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento anual acumulativo se redujo casi a la mitad en comparación con el europeo. Esto se debió principalmente a las oleadas migratorias hacia América y a fuertes mortalidades, como la epidemia de cólera de 1885.

Crecimiento Poblacional y Urbanización

Para 1834, se calculaba una población de 14 millones de españoles. El mayor crecimiento demográfico se concentró en ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y Málaga, donde se inició una significativa remodelación urbana con los planes de ensanche.

La población española alcanzó los 18 millones en 1900, aunque la esperanza de vida seguía siendo baja.

Implicaciones Sociales y Económicas del Modelo Demográfico

En el modelo matrimonial, se percibió una disminución del celibato y un aumento de la edad media en las primeras nupcias. Esto se relaciona con las transformaciones sociales y mentales inherentes al desarrollo económico. Este último aspecto se atribuye a las transformaciones en la propiedad de la tierra.

El lento crecimiento demográfico y la falta de un trasvase efectivo de la población del campo a la ciudad impidieron la formación de una base obrera abundante que impulsara la revolución industrial. La pobreza generalizada del español del siglo XIX hacía que demandara pocos productos industrializados, lo que limitaba el desarrollo industrial.

En el siglo XIX, el sector primario representaba el 64% de la economía, el secundario oscilaba entre el 18-20%, y el terciario experimentó un crecimiento en las últimas décadas del siglo.

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