Transformaciones del Teatro Español: De la Posguerra a la Democracia

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Introducción al Teatro de Posguerra

Hay que tener en cuenta que el teatro no es solo literatura, sino además espectáculo y, como tal, se halla sometido a los intereses de unos empresarios que no se arriesgan a perder dinero con obras avanzadas en lo estético o en lo ideológico, a lo que se suma una censura severa. Por ello, suelen distinguirse un teatro comercial que pretende entretener, y un teatro con inquietudes diversas, a cuyo autor le será difícil abrirse camino.

El Teatro de la Posguerra Española

Al terminar la guerra, la muerte o el exilio se han llevado a autores como Valle-Inclán, García Lorca, Alberti, Casona... Faltan, pues, grandes maestros y domina un público burgués con un afán de diversión trivial.

El Teatro Comercial

En el teatro comercial, hay que destacar un tipo de alta comedia en la línea de Benavente. Son comedias de salón o de tesis, a veces con una crítica amable basada en los valores imperantes, que responden al ideal de la obra bien hecha según la estética tradicional. Destacan autores como Pemán, Luca de Tena o Edgar Neville.

Es muy frecuente el teatro cómico que, junto a obras sin valor, cuenta con dos de las figuras más interesantes de la posguerra: Jardiel Poncela y Miguel Mihura.

El Teatro Serio y Social

Pero habrá un teatro distinto, preocupado por graves problemas humanos. En 1949, estrena Buero Vallejo Historia de una escalera, tragedia de una vida frustrada. Poco después, en 1953, se dará a conocer Alfonso Sastre con Escuadra hacia la muerte, obra que encierra una visión de tipo existencialista. Estamos ante un teatro serio, encarado con la realidad y que pronto adquirirá un acento social.

Evolución en los Años 50 y 60

Durante los años 50 y parte de los 60, poco es lo que cambia en el teatro comercial. En la comedia, la figura más popular fue Alonso Paso, autor de numerosas comedias hábiles e intrascendentes. Otros autores destacables son Jaime de Armiñán o Ana Diosdado.

El Teatro Social

Frente a ello, el teatro social. Su principal teórico es Alfonso Sastre, partidario de un teatro de testimonio y denuncia al que contribuye con dramas como La mordaza. En la misma línea, pero con mayor altura, lo fue Buero Vallejo con El tragaluz.

Nuevos Autores y Temáticas

Junto a ellos, nuevos autores como Lauro Olmo y Martín Recuerda, cuyas obras abordan problemas como el trabajo deshumanizado, la emigración obrera o la intolerancia.

El Teatro Soterrado

Por razones comerciales o de censura, fueron bastantes las obras de estos y otros autores que no llegaron a los escenarios. Por ello, se ha hablado de un teatro soterrado.

Búsqueda de Nuevas Formas

Ya bien entrados los años 60, algunos autores y críticos siguen defendiendo el teatro realista y social. Otros buscaron una renovación de la expresión dramática, inspirándose en corrientes experimentales del teatro extranjero como Bertolt Brecht. Surge así una nueva vanguardia escénica en la que destaca Francisco Nieva.

Características de la Nueva Vanguardia

Este teatro sigue siendo, en buena medida, un teatro de protesta ante la dictadura, la falta de libertad, etc. La novedad está en la forma. El enfoque realista es sustituido por símbolo o parábola; se acude a la farsa o a lo alucinante. El lenguaje acoge nuevos tonos en lo grotesco o lo poético, y se desarrollan recursos extraverbales (sonoros, visuales, corporales), inspirándose en la pantomima, el circo, etc.

Dificultades y Teatro Independiente

El desarrollo de este teatro siguió siendo difícil y muchos de los nuevos autores no lograron estrenar sus obras o lo hicieron en representaciones limitadas de teatro independiente o de aficionados.

Autores Destacados en la Transición

Lugar especial es el de Antonio Gala con Anillos para una dama, que ha procurado aunar el rigor estético y el alcance mayoritario, a costa de ciertas concesiones. Y el de Fernando Arrabal con El laberinto, quien se vio obligado a desarrollar su copiosa producción fuera de España y alcanzó fama internacional como una de las figuras más innovadoras del teatro europeo. Sus obras estuvieron prohibidas en España hasta el cambio democrático.

Grupos de Teatro Independiente

Los Goliardos, TEU de Murcia, etc., son grupos de teatro independiente con obras de autor.

Últimos Rumbos del Teatro Español

La implantación de la democracia abrió nuevos horizontes para el teatro, como se esperaba. Atraer al público al teatro ha seguido siendo el gran problema.

Tendencias Actuales

La vanguardia no lo ha logrado, salvo excepciones como Alfonso Vallejo. Sí, en cambio, alguna obra de corte realista y testimonial como Las bicicletas son para el verano (1982) de Fernando Fernán Gómez. En esta línea se sitúan algunos de los jóvenes autores que logran ampliar audiencia, entre los que destacamos José Luis Alonso de Santos, entre otros.

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