Transformando la Educación: Creatividad y Metodologías Activas para el Aprendizaje

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La Emergencia de la Creatividad en la Educación

Según Sternberg (1999), existe una necesidad imperante de aprender a ser creativo. Esta capacidad no se limita únicamente a artistas y profesionales del ámbito creativo, sino que se concibe como un proceso fundamental para producir algo original y valioso. Implica encontrar nuevas formas de resolver problemas y de desempeñar actividades con un propósito educativo y social pertinente.

Implicaciones Metodológicas: Principios y Herramientas para la Práctica Docente

Perrenoud (2014) describe diez características implícitas, o la cara oculta del oficio de maestro, que influyen en la práctica pedagógica. Estas incluyen:

  • El miedo al cambio.
  • La seducción no aceptada.
  • El poder ignominioso.
  • La omnipresencia de la evaluación.
  • El dilema del orden.
  • El bricolaje de ejercicios cognitivamente ineficaces.
  • La soledad en un contexto colectivo.
  • El tedio y la rutina.
  • La discrepancia inconfesable.
  • La libertad sin responsabilidad.

Las situaciones de aprendizaje contemporáneas requieren entornos mucho más retadores, estimulantes, interactivos, dinámicos, colaborativos y activos. Es crucial sacar el máximo partido de los modelos de enseñanza-aprendizaje y de los principios de una enseñanza eficaz: un ambiente propicio, con diversas oportunidades para aprender y centrado en el currículo.

En este sentido, se debe incorporar la atención a los niveles cognitivos y estilos de pensamiento, entre otros aspectos. Sin embargo, esto no implica meramente añadir columnas o filas a los estadillos y programaciones; tal enfoque sería puramente burocrático y, en extremo, improductivo.

También convendría dotarse, de forma equilibrada, de un conjunto de momentos de aprendizaje —a modo de trípode metodológico— que pongan en juego diversos tipos de trabajo:

  1. Individual y autónomo: Fomentando la independencia del estudiante.
  2. Colaborativo: Principalmente a través del trabajo cooperativo.
  3. Expositivo: Incluyendo presentaciones del profesor, uso de medios, expertos invitados o exposiciones del propio alumnado, utilizando diferentes recursos y posibilidades.

Todo ello debe desarrollarse en un clima de clase de cooperación.

Asimismo, la clase debe seguir una secuencia lógica de desarrollo. Desde esta perspectiva, es preciso poner otros énfasis particulares:

  • Importan los procesos, no solo el producto final.
  • Se debe garantizar el aprendizaje de los contenidos básicos imprescindibles, según lo marca la normativa.
  • Es fundamental poner en valor el poder del error, la duda y la curiosidad como motores intrínsecos del aprendizaje.
  • Potenciar el papel del docente como mediador y acompañante atento, crítico y amigable en el proceso de desarrollo y aprendizaje, integrándose plenamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Realizar todo lo anterior con orden y concierto, dentro de secuencias didácticas lógicas y en la zona de desarrollo próximo del alumnado.
  • El proceso debe abordar una variedad de enfoques: desde ejercicios hasta actividades complejas.
  • Ubicar la práctica docente dentro de los cánones del diseño universal, desarrollando tareas cotidianas de clase, programaciones y secuencias didácticas que sean de fácil acceso para el mayor número de personas posible.
  • El desempeño cotidiano del docente debe acompañarse de técnica (estrategias útiles, metodologías interesantes, aliados), reflexividad y mucho sentido común.

A Modo de Coda: Construyendo la Escuela del Mañana

Estamos tan acostumbrados a escuchar mensajes sobre cómo ha de ser la escuela del mañana. Sin embargo, como señala Fernández, esta se asienta sobre los cimientos que vamos construyendo cada día, gracias a nuestro quehacer docente.

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