La Transición Española: De Arias Navarro a la Reforma Política de Suárez
El Gobierno de Arias Navarro (1974-1976)
En 1976 se vivía una situación de indefinición respecto al futuro. El gobierno de Carlos Arias Navarro, que había llegado al poder en 1974, duró hasta julio de 1976. Tras la muerte del dictador, se incorporaron varios ministros aperturistas: Manuel Fraga en Gobernación, José María de Areilza en Asuntos Exteriores y Alfonso Osorio en Presidencia.
Este gobierno aprobó algunas medidas, como reformas en el Código Penal para eliminar la pena por huelga y una ley de asociaciones cuyo inspirador fue Adolfo Suárez, entonces Ministro Secretario General del Movimiento. Suárez aseguraba que había que "hacer presente en el Parlamento lo que está en la calle". Mientras tanto, se sucedían las manifestaciones que reivindicaban cambios y que, muchas veces, eran reprimidas violentamente.
Posiciones ante la Transición
Existían tres posiciones principales respecto a cómo abordar la Transición:
- Manuel Fraga defendía una reforma impuesta o cerrada, por medio de leyes o decretos que solo supusieran retoques en las leyes franquistas.
- Torcuato Fernández-Miranda, entonces presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, planteaba una reforma impuesta pero abierta (ir "de la ley a la ley a través de la ley").
- Alfonso Osorio deseaba una reforma pactada con los grupos de oposición y abierta.
Finalmente, triunfó la estrategia de Fernández-Miranda, que sería ejecutada políticamente por Adolfo Suárez.
El Gobierno de Adolfo Suárez y la Reforma Política
El 3 de julio de 1976, el Rey Juan Carlos I, jefe de Estado desde la muerte de Franco (de acuerdo con lo previsto por las leyes de la dictadura), forzó la dimisión del jefe de Gobierno, Arias Navarro. La causa fundamental fue la parálisis e inexistencia de un cambio real en el sistema político.
Juan Carlos I encargó a Adolfo Suárez la formación de gobierno, una decisión que sorprendió a muchos. Se trataba de un político joven que formó un gobierno con figuras aperturistas como Alfonso Osorio o Marcelino Oreja Aguirre.
Este nuevo gobierno presentó la Ley para la Reforma Política. Era una ley crucial que significaba un cambio fundamental ("de la ley a la ley") y que implicaba la autodisolución de las Cortes franquistas para dar paso a unas Cortes democráticas.
Para su aprobación, fue necesario un complejo trabajo de persuasión por parte de Suárez y Fernández-Miranda para convencer a los procuradores de las Cortes franquistas para que votaran a favor de su propia disolución. Finalmente, fue aprobada por amplia mayoría (425 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones) en noviembre de 1976. Solo se opusieron los franquistas más inmovilistas, conocidos como "el búnker", liderados por Blas Piñar.
La Ley para la Reforma Política fue sometida a referéndum popular, que se realizó el 15 de diciembre de 1976. El resultado fue abrumadoramente favorable a la reforma (94,17% de síes con una participación del 77,8%).
Factores del cambio en la opinión pública
Los resultados del referéndum reflejaron un cambio significativo en la opinión pública española, en el que influyeron varios factores:
- El régimen de Franco no había logrado crear una cultura política propia y arraigada que sobreviviera al dictador.
- La emigración a otros países de Europa permitió a muchos españoles conocer y adquirir una cultura más democrática.
- Votó un número importante de jóvenes que no habían conocido directamente la Guerra Civil y sus traumas.
- El papel de la prensa, que gozaba de una creciente apertura y contribuyó a formar una opinión pública favorable al cambio.