La Transición del Realismo a la Modernidad: Millet, Manet y la Evolución del Arte del Siglo XIX
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Jean-François Millet: El Pintor de Campesinos y la Crudeza Rural
Millet, aunque relacionado con el mundo rural, poseía una mentalidad, temperamento y pensamiento muy distinto al de Courbet. Ha pasado a la historia como el pintor de campesinos, especialmente reconocido por su icónico cuadro El Ángelus (1859).
La Representación del Trabajo Campesino
Millet representa con la mayor exactitud y crudeza el trabajo rural. Sus campesinos no son gentes ingenuas y primitivas, sino seres deformados por el esfuerzo físico cotidiano, cuyas vestimentas son pardas y grises. Procedente de una familia campesina de Normandía, se identificaba profundamente con las gentes del mundo rural.
En su obra subyace un cierto simbolismo en el que se exalta religiosamente esta vida campesina, desvelada en su cruda verdad. Millet fue también un notable pintor de paisaje que trató el tema con maneras realistas, al igual que la Escuela de Barbizon.
Misticismo y Paisaje
La naturaleza era muy importante para Millet. Más que representarla, la interpretaba a su manera idealista, como si comprendiera «las voces de la tierra, los árboles o los senderos». Con un claro misticismo y rozando lo sentimental, se alejó de Courbet, quien realizaba una pintura más áspera, rebelde y política.
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5. La Importancia de Manet en la Trayectoria Artística Moderna
Debemos atribuir a Manet el nacimiento de la pintura sin otra significación que la del arte de pintar. Es a partir de Manet que se inicia el rechazo de los 'modernos' hacia los realistas. Se reivindica la destrucción del tema, de la significación de las obras, y se rechaza todo valor ajeno a la pintura. La pintura sigue siendo figurativa, pero con un tema “ausente”.
El Realismo de Manet frente a sus Contemporáneos
Manet se separa del Realismo de Zola, Courbet o Daumier, quienes sitúan lo que describen en un contexto específico. El realismo de Manet, ejemplificado en Olympia, prescinde del contexto, teniendo el poder de no situarlo en ninguna parte. Los golpes de color acentúan la cualidad de “naturaleza muerta”. La máxima es clara: no importa quién, no importa qué; es pintura.
La Indiferencia Temática
Manet poseía una indiferencia capaz de abordar tanto un Cristo muerto como una prostituta desnuda con el mismo interés exclusivo por la pintura. Con Olympia, Manet reinventa el tema tradicional del desnudo femenino a través del juego de una pintura franca y sin compromiso. Pictóricamente, traduce ante todo la frialdad y el prosaísmo de un tema muy contemporáneo.
La indiferencia respecto al tema no solo es propia de Manet, sino también de todo el movimiento que le siguió.