Trastorno de Identidad Disociativo: Causas, Tratamiento y su Impacto en la Adolescencia
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El Trastorno de Identidad Disociativo: Más Allá de la Ficción
El Trastorno de Identidad Disociativo (TID), antes conocido como Trastorno de Personalidad Múltiple, se caracteriza por la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad distintos que controlan el comportamiento del individuo de manera recurrente. La persona con TID experimenta una desconexión entre sus pensamientos, recuerdos, emociones, acciones e incluso su sentido de identidad. Esta condición se manifiesta cuando el individuo no tiene conciencia plena de su problema, o por lo menos no la ha desarrollado a su voluntad. La persona no se siente conectada entre una personalidad y otra en distintos momentos de su vida.
La personalidad múltiple es un tema que ha capturado la atención del público, siendo frecuentemente retratada en películas y novelas. Pero, ¿es una condición real o simplemente un producto de la imaginación?
Tratamientos para el Trastorno de Identidad Disociativo
El tratamiento del TID se basa en una combinación de terapias psicológicas y medicamentos. Diversos fármacos han demostrado resultados positivos en el manejo de este trastorno. Como en cualquier otra condición de salud mental, el tratamiento es fundamental para controlar el desorden. Es crucial que el paciente no suspenda su terapia ni la medicación para evitar recaídas en el futuro.
La Adolescencia: Una Etapa de Cambios y Desafíos
La adolescencia es un periodo de desarrollo biológico, psicológico, sexual y social que sigue a la niñez y comienza con la pubertad. Su duración varía según diferentes perspectivas médicas, científicas y psicológicas, pero generalmente se inicia entre los 10 y 12 años y finaliza entre los 19 y 20 años.
La pubertad, también conocida como adolescencia inicial o temprana, es la primera fase de la adolescencia y de la juventud. Normalmente, comienza entre los 10 y 11 años en las niñas y entre los 13 y 14 años en los niños, finalizando entre los 17 y 18 años. Durante la pubertad, se produce una serie de cambios físicos que transforman el cuerpo del niño o niña en el de un adolescente, con la capacidad de reproducción sexual.
Características y Desafíos Emocionales en la Adolescencia
- Ansiedad por el fin de la niñez: Los adolescentes experimentan una sensación de transición, ya no se consideran niños, pero tampoco se sienten completamente adultos. Pueden extrañar la seguridad y la protección que les brindaba la niñez, donde los padres eran figuras heroicas.
- Interés profundo por la sexualidad: El aumento de hormonas genera una nueva atracción hacia el sexo opuesto, lo que puede provocar alegría, curiosidad e incluso temor.
- Cambios de peso: La preocupación por la apariencia física se intensifica, lo que puede llevar a trastornos de la alimentación como la bulimia y la anorexia.
- Temor ante los cambios físicos: Los cambios rápidos y abruptos en el cuerpo pueden generar ansiedad y temor en algunos adolescentes.
- Proyección de vida: Comienzan a imaginar su futuro y a plantearse sus metas y aspiraciones profesionales.
- Búsqueda de identidad y pertenencia: Se unen a grupos, tribus urbanas, movimientos políticos o se convierten en fans de grupos musicales como una forma de construir su identidad.
- Los amigos como aliados: Los amigos se convierten en figuras clave, y pueden mostrar una actitud rebelde hacia los padres.
El Estrés en la Adolescencia
El estrés es una reacción fisiológica del organismo que activa diversos mecanismos de defensa para afrontar situaciones percibidas como amenazantes o de alta demanda. El estrés en la adolescencia es más común de lo que se piensa. Este periodo, marcado por cambios físicos y psicológicos, genera cierta inestabilidad, haciendo que los adolescentes sean más propensos al estrés que incluso los adultos.