Trastornos del Pensamiento: Tipos y Características
Clasificado en Psicología y Sociología
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Se trata de una serie de alteraciones que afectan al fondo y no a la forma de lo que se piensa, afectan a la relación entre lo que se piensa y la realidad.
Ideas Sobrevaloradas
Se caracterizan porque ejercen un gran predominio con respecto al resto de las ideas del sujeto, no siendo objeto por parte de éste de autocrítica alguna, ya que se identifica plenamente con ellas.
Como consecuencia de ello, trata de llevarlas a la práctica guiado por un peligroso fanatismo, oponiéndose por cualquier medio a todo tipo de obstáculos o personas para tratar de imponer lo que él considera como "grandes soluciones". Estos individuos pueden llegar a alcanzar puntos de liderazgo, provocando en los grupos que los soportan numerosos problemas.
Ideas Delirantes
Para considerar una idea como delirante debe cumplir una serie de requisitos:
- Deben ser ideas falsas o erróneas.
- Deben ser presentadas como irrebatibles a cualquier argumentación lógica.
- Son ideas que se adquieren por vía patológica, diferenciándose así de las creencias ancestrales, míticas y religiosas. Las ideas delirantes no derivan de la cultura.
Según la definición de Bunke son: “ideas erróneas, de origen y contenido morboso e irreductibles a cualquier tentativa de argumentación lógica en contra”.
Cuando el delirio irrumpe de forma brusca en la vida del sujeto provocando una ruptura con su vida pasada, hablamos de ideas delirantes primarias. Son características de las psicosis. Si, por el contrario, dichas ideas surgen de una experiencia psicopatológica anterior, hablamos de ideas delirantes secundarias o deliroides. Son típicas de los cuadros depresivos (ideas de ruina, culpa, etc.).
Los delirios, a su vez, pueden ser estructurados y no estructurados. Los primeros parten de una idea falsa o errónea, pero el resto sigue una argumentación lógica, “creíble” (p. ej., el delirio de celos). Los segundos parten también de una idea errónea, pero la argumentación posterior no resulta “creíble” y cae por su propio peso.
Ideas Obsesivas
Se trata también de ideas erróneas, pero en este caso el individuo las reconoce como tales, aunque no puede hacer nada por evitar pensar en ellas de forma reiterada, a pesar de realizar grandes esfuerzos en este sentido. Estos pacientes son plenamente conscientes de que su pensamiento se encuentra “parasitado” por esta idea reiterativa que les provoca una gran angustia, constituyendo posiblemente una de las peores experiencias psíquicas por las que se puede pasar. Tienen, además, un mal pronóstico y el tratamiento proporciona escasos resultados.
Tienen carácter invalidante y, además, una connotación agresiva derivada del carácter compulsivo de estas experiencias; es decir, el paciente siente el impulso de llevar a cabo esta idea. Por ejemplo, si la idea es un temor al contagio de una enfermedad infecciosa, el paciente puede lavarse tantas veces las manos, que llegue incluso a provocarle lesiones cutáneas.