Tratamiento No Farmacológico de la Hipertensión Arterial: Guía Completa

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¿En qué Consiste el Tratamiento No Farmacológico de la HTA?

El tratamiento no farmacológico de la hipertensión arterial (HTA) se basa en una serie de cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a controlar la presión arterial y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estos cambios incluyen:

  • Restricción de sal
  • Moderación del consumo de alcohol y tabaco
  • Cambios en la dieta
  • Disminución del consumo de azúcar
  • Reducción de peso
  • Actividad física regular

Cambios en las Prácticas de Vida

Adoptar un estilo de vida saludable puede prevenir o retrasar la aparición de la hipertensión y reducir el riesgo cardiovascular. Los cambios efectivos en las prácticas de vida pueden ser suficientes para retrasar o evitar la necesidad de medicamentos en pacientes con hipertensión de grado 1. También pueden potenciar los efectos de la terapia farmacológica, pero nunca deben retrasar su inicio en pacientes con HTA con daño de órgano blanco o riesgo cardiovascular alto.

Restricción de Sal

Reducir el consumo de sal a aproximadamente 5-6 g/día tiene un efecto moderado en la disminución de la presión arterial (2-4 mmHg) en individuos normotensos y un efecto más pronunciado (3-6 mmHg) en hipertensos. El efecto es mayor en personas de etnia afrodescendiente, adultos mayores, pacientes con diabetes, síndrome metabólico o enfermedad renal crónica. En personas con hipertensión tratada, la restricción de sal puede reducir el número o la dosis de medicamentos necesarios.

Moderación en el Consumo de Alcohol

El Estudio de Prevención y Tratamiento de la Hipertensión (PATHS) demostró que la reducción del consumo de alcohol puede disminuir la presión arterial entre 0,7-1,2 mmHg en un período de 6 meses.

Consumo de Cigarrillo

El tabaquismo es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares y cáncer. Dejar de fumar es una de las medidas más eficaces para prevenir enfermedades cardiovasculares, como apoplejía, infarto de miocardio y enfermedad vascular periférica.

Cambios en la Dieta

La dieta mediterránea ha demostrado tener un efecto protector cardiovascular. Las características de una dieta saludable son:

  • Alto consumo de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva)
  • Alto consumo de pescado (2-3 veces por semana)
  • Elevado consumo de verduras, leguminosas, frutas, cereales y frutos secos
  • Consumo frecuente de productos lácteos
  • Moderado consumo de carnes rojas

Los beneficios de esta dieta incluyen:

  • Reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares
  • Reducir la presión arterial (8-14 mmHg)
  • Reducir la resistencia a la insulina
  • Reducir el sobrepeso y la obesidad

Reducción de Peso

La hipertensión arterial está estrechamente relacionada con el exceso de peso. La pérdida de peso puede disminuir la presión arterial (5-20 mmHg), mejorar la eficacia de los medicamentos y el perfil de riesgo cardiovascular.

Ejercicio Físico

La actividad física aeróbica regular puede ser beneficiosa tanto para la prevención como para el tratamiento de la hipertensión arterial (4-9 mmHg), además de reducir el riesgo cardiovascular y la mortalidad.

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