Tratamientos Térmicos del Acero: Guía Completa

Tratamientos Térmicos de los Aceros

Su objetivo es obtener una determinada estructura interna cuyas propiedades permiten:

• Obtener máxima dureza y resistencia.
• Variar alguna de las propiedades físicas.
• Conseguir una estructura más homogénea.
• Eliminar tensiones internas para evitar deformaciones.
• Lograr una estructura de menor dureza y mayor maquinabilidad.
• Eliminar la acritud ocasionada por el trabajo en frío.

Esto se consigue con los siguientes tratamientos térmicos: Temple, revenido, recocido y normalizado.

Recocido contra Acritud

Se hace un recocido entre 500°C y 650°C. Se hace para recuperar o seguir la deformación de los aceros.

Temple

Endurece y aumenta la resistencia del acero. Es el más importante de los tratamientos térmicos. Consiste en calentar el acero a una temperatura elevada para que se transforme en austenita, enfriarlo rápido para transformar esta en martensita.

Medios de Enfriamiento en el Temple

• Agua: enfriamiento rápido para conseguir un temple muy fuerte.
• Aceite mineral: Enfría más lento que el agua y depende de la viscosidad. Se consigue un temple más suave y uniforme.
• Metales y Sales fundidas: Muy similar al aceite en su severidad. Se emplean para tratamientos isotérmicos.
• Aire en calma: Solo para aceros autotemplables.

Temple Superficial

Calentamiento superficial muy rápido, seguido de un enfriamiento también rápido. Se consigue un núcleo blando y la superficie dura.

Temple Superficial con Soplete Oxiacetileno

Calentar la superficie de la pieza con un soplete oxiacetileno y enfriar rápidamente con agua a presión.

Temple Superficial por Inducción

Calentamiento superficial de la pieza por medio de corrientes inducidas de alta frecuencia seguido de la introducción en el medio de enfriamiento.

Revenido

Sigue al temple para eliminar la fragilidad y las tensiones ocasionadas. Consiste en un calentamiento de piezas templadas para conseguir que la martensita se transforme en una estructura más estable.

Tratamientos Termoquímicos

Modificar la composición química superficial de los aceros, adicionando otros elementos para mejorar la dureza o la resistencia a la corrosión.