Trayectoria poética de Miguel Hernández: La evolución de su poesía
Clasificado en Español
Escrito el en español con un tamaño de 1,87 KB
1. Primera etapa o etapa oriolana (1929-1934).
El poeta autodidacta, que adoptará las formas de los clásicos y las voces del momento ya consolidadas, comienza a aprender de los poetas costumbristas. Se trata de difíciles adivinanzas poéticas (no llevaban título) basadas en la agudeza y la sorpresa de sus atrevidas metáforas.
- Es una poesía lúdica sobre asuntos u objetos cotidianos, a veces triviales o escatológicos.
2. Amor, amistad y poesía impura (1934-1936).
a. En 1934 comenzará una serie de sonetos que desembocarán en su obra maestra, El rayo que no cesa (publicado en 1936):
- El libro se compone principalmente de sonetos que, con su forma rigurosa, favorecen la citada síntesis -ya perfecta- entre desbordamiento emocional y concentración verbal.
3. La poesía de propaganda y combate. El choque con la historia (1936-1938).
Durante la guerra, Miguel Hernández –como Alberti y otros- pone su poesía al servicio de la lucha. Por eso, adopta un lenguaje más directo, al alcance de todos, aunque tenga que reducir su exigencia estética.
- En 1937 aparece Viento del pueblo, en el que hay cantos épicos, poesía de combate, como el brioso romance inicial que le da título. Destacan poemas de tema social como “Sudor” [51] p. 116, “Aceituneros” [49] p. 113 o, sobre todo, “El niño yuntero” [48] p. 109.
4. Poesía íntima y carcelaria (1938-1941).
Por último, en la cárcel compone buena parte del Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), sin duda su segunda cima poética. Miguel Hernández depura de nuevo su expresión, inspirándose en las más sobrias formas de la lírica popular. Así, alcanza sus momentos de máxima desnudez, que hace más conmovedor aquello de que nos habla.