El Triunfo de la Libertad: Obra Maestra de Delacroix y el Romanticismo
Clasificado en Plástica y Educación Artística
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Esta obra pictórica, realizada con la técnica del óleo sobre lienzo, destaca por sus grandes dimensiones (260 x 325 cm). Representa un acontecimiento histórico, no de forma realista, sino de manera épica e idealizada, resaltando el triunfo de la libertad sobre la opresión.
Composición y Dinamismo Visual
La composición nos muestra una multitud en actitud de combate que se dirige hacia el espectador, reforzando una idea impactante y propagandística, haciendo a este partícipe del cuadro. Se estructura a partir de una pirámide visual en la que el vértice superior lo forman la bandera tricolor francesa y los cuerpos muertos. A su vez, la figura femenina se convierte en el eje central de la obra, alrededor de la cual se distribuyen el resto de personajes.
La composición, a base de diagonales y gestos exaltados, da unidad a la escena. El pintor consigue imprimir una gran movilidad dando una mayor importancia a la línea curva, elevando ligeramente la figura principal y dejándola sin ningún obstáculo visual que detenga su avance. Las tonalidades y el juego de luces, con la escena central (la Libertad) más iluminada y los fondos (donde se está librando una batalla) con menos iluminación y confusión, llevan al espectador al eje de la composición.
Técnica y Paleta Cromática
La técnica empleada acentúa el dramatismo y el carácter combativo de la obra. Los colores son empastados, con tonalidades que van desde los oscuros y ocres hasta la inclusión del blanco, rojo y azul, presentes sobre todos los luchadores, heridos y muertos, en la gran bandera que los aglutina en torno a sí. Estos tres colores se repiten en los heridos tumbados a los pies de la diosa y en los jirones de otra bandera al fondo a la izquierda. Todos ellos aligeran la monotonía, iluminados a partir de un potente y violento foco irreal, donde predomina la mancha de color sobre la línea y la pincelada suelta y rápida, de trazos gruesos, junto con los contrastes de luces y sombras que contribuyen a crear una atmósfera tensa.
Simbolismo y Personajes Clave
El personaje más relevante de esta obra es la mujer, la virtud, la idea de la Libertad, que a manera de una diosa, guía y dirige al pueblo en su lucha. Sus símbolos son claros: un fusil, el gorro frigio y la bandera tricolor; La Revolución está en marcha. Junto a ella, aparece el pueblo representado en las distintas clases sociales: desde el burgués con sombrero y levita armado (posible autorretrato del autor), a su lado un obrero (representando el hambre, el paro y la miseria) y al otro lado un chico blandiendo dos pistolas. En el inestable suelo de la barricada, yacen muertos y heridos; la nación se levanta en armas al grito unánime de ¡Abajo la tiranía! y se une bajo una misma bandera, la de Francia. Al fondo, las torres desdibujadas de Notre Dame, el pasado que queda atrás arrasado por el movimiento imparable de las masas hacia el futuro. Es una obra cruda, donde el pintor se recrea en los cadáveres en primer plano de forma realista.
Identificación y Contexto Histórico-Artístico
De lo expuesto anteriormente, deducimos que la obra comentada es “La Libertad guiando al pueblo”, realizada en 1831 por Eugène Delacroix, tal como reza en uno de los tablones de la barricada de la propia pintura. Es el cuadro romántico más famoso de la Historia, ya que el pintor no solo trata un hecho histórico al que idealiza, sino que además se involucra directamente en ese hecho, asume los ideales revolucionarios de “libertad, igualdad y fraternidad” y defiende la revolución. La obra muestra una de las Tres Jornadas Gloriosas.
Influencias Artísticas en Delacroix
Los antecedentes y consecuentes de la obra que comentamos se encuentran en la influencia de varios creadores: la fuerza arrolladora de Rubens, la terribilità de Miguel Ángel, el tenebrismo de Caravaggio y la herencia de Tiziano; la pincelada suelta en los planos posteriores recuerda a Goya.
El Romanticismo como Actitud Vital
En cuanto al movimiento artístico al que se adscribe la obra, el Romanticismo, no es solo un estilo artístico, es una actitud vital que impregna, desde la primera mitad del siglo XIX, la literatura, la música, el arte y la vida misma de quienes participan en él.