Unificación Alemana: Estrategias de Bismarck y el Camino hacia la Consolidación
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Unificación Alemana
Antecedentes
Tras el fracaso del Parlamento de Frankfurt en 1848 y el debate sobre la unificación como la "Gran" o la "Pequeña" Alemania, Prusia emergía como la monarquía más liberal y la principal candidata para liderar la unificación. Aunque Baviera poseía una fuerte identidad propia, carecía del peso político necesario y mantenía estrechos lazos con Austria. Con la coronación de Guillermo I como rey de Prusia y el nombramiento de Otto von Bismarck como canciller, se inició una estrategia política destinada a consolidar la unificación alemana.
La Estrategia de Bismarck
Bismarck, consciente de la necesidad de una unificación militar, se apoyó en el poderoso ejército prusiano. Su principal objetivo era ganar el apoyo de la opinión pública, presentando a Prusia como víctima de ataques no provocados. Para ello, contó con el respaldo de la Liga Nacional, fundada en 1859, y la influencia económica del Zollverein, la unión aduanera alemana.
Obstáculos para la Unificación
Los principales opositores a la unificación eran:
- Austria: Temía la pérdida de influencia en la región.
- Francia: Veía con recelo el surgimiento de una potencia rival en su frontera.
- Dinamarca: Considerada víctima de las ambiciones expansionistas de Bismarck.
- Reino Unido: Inicialmente neutral, se opuso a la unificación cuando Alemania desarrolló su fuerza naval.
La Cuestión de Schleswig-Holstein
Los ducados de Schleswig y Holstein, situados al sur de Dinamarca, eran cultural y lingüísticamente alemanes, pero estaban vinculados a la corona danesa. La muerte del rey Federico VII en 1863 generó una crisis sucesoria que Bismarck aprovechó para impulsar la unificación. Austria apoyó la integración de estos territorios en la Confederación Germánica, lo que llevó a la ocupación de la península de Jutlandia.
El Camino hacia la Guerra Austro-Prusiana
Tras la victoria sobre Dinamarca, Prusia propuso a Austria el reparto de los ducados, quedándose con el más septentrional (Schleswig) y Austria con el meridional (Holstein), según lo acordado en el Compromiso de Gastein. La lejanía de Holstein respecto a Austria evidenciaba la intención de Prusia de utilizar esta situación para provocar un conflicto. En 1866, Bismarck firmó un tratado secreto con Italia, que prometió su apoyo a Prusia a cambio de la anexión del Véneto en caso de victoria. Gran Bretaña y Francia se mantuvieron neutrales, mientras que Rusia era hostil hacia Austria.