Usos y aprovechamientos del espacio rural en España

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Los usos (aprovechamientos) del espacio rural son todavía principalmente agrarios: la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. La superficie ocupada por estos usos en España se reparte entre tierras de cultivo, que tienden a decrecer, prados naturales y pastizales, que se mantienen estables, y terreno forestal, que se ha incrementado. No obstante crece el porcentaje ocupado por otras superficies debido a la implantación de usos no agrarios en el espacio rural y a la extensión de los espacios naturales protegidos. La contribución de cada uso a la producción final agraria (PFA) ha evolucionado desde un claro predominio de la producción vegetal sobre la animal. No obstante, existen variaciones debidas a circunstancias meteorológicas y contrastes entre comunidades autónomas.

1.2. Distribución de la producción agraria y sus transformaciones recientes. Usos y aprovechamientos agrícolas.

La producción agrícola aporta entre el 60 y el 65% de la producción final agraria española. Algunas comunidades como Castilla-La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, La Rioja y Canarias, superan claramente este porcentaje. Las transformaciones experimentadas por los distintos tipos de cultivos se han debido, en buena parte, a la necesidad de competir en el mercado europeo y mundial y a las exigencias de la PAC. Esta ha impuesto cuotas de producción a ciertos cultivos excedentarios y ha implantado un sistema de ayudas.

  • Los cereales son cultivos herbáceos destinados a la alimentación humana (trigo y arroz), a la alimentación del ganado y a la elaboración de piensos compuestos (cebada, maíz, avena, centeno), y a la obtención de biocarburantes (cebada y trigo). Su área de cultivo mayoritaria son los secanos del interior peninsular donde rotan con barbecho, o con leguminosas. El maíz y el arroz se localizan en la España húmeda o en zonas encharcadas, ya que son cultivos muy exigentes en agua. La producción se enfrenta a los rendimientos superiores de otros países europeos. La PAC ha impuesto cuotas de producción y una reducción subvencionada de la superficie de cultivo.
  • Las leguminosas son cultivos herbáceos destinados al consumo humano en verde o en seco, o a la alimentación del ganado. Su área de cultivo coincide con la de los cereales, con los que rotan, pues constituyen un cultivo de descanso. La producción se enfrenta a las dificultades de mecanización y a los bajos rendimientos.
  • La vid es un cultivo arbustivo de secano que produce uvas destinadas al consumo en fresco y la elaboración de vino. Su área productora principal es Castilla-La Mancha. Existen otras de menor extensión, en La Rioja, Ribera del Duero, Rías Bajas gallegas, Cariñena, Jerez, Montilla y Cataluña. La producción tradicional se caracteriza por los bajos rendimientos. La PAC intenta reducir los excedentes mediante la implantación de cuotas, las subvenciones al abandono del cultivo y la dedicación de parte de los excedentes a la destilación o a la elaboración de zumos, fomenta la reestructuración del sector.
  • El olivo es un cultivo arbóreo de secano, muy resistente a la sequía estival, que destina parte de su cosecha a la aceituna de mesa y el resto a la obtención de aceite. Su área productora principal es Andalucía. También se extiende por Extremadura y algunas zonas de Castilla-La Mancha y del litoral mediterráneo. La producción es muy variable ya que el olivo alterna buenas y malas cosechas, lo que se ha incrementado debido a las subvenciones europeas y a las mejoras técnicas. La producción de aceite de oliva es la mayor del mundo.
  • Los cultivos hortofrutícolas se destinan al consumo en fresco o a la industria conservera. Su área productora principal son los regadíos peninsulares e insulares, y secundariamente, los secanos húmedos y ciertas áreas de la España seca. Las hortalizas, al aire libre o en invernaderos, se cultivan en los regadíos del litoral mediterráneo y en aquellos situados cerca de los centros de consumo urbano. Los frutales se localizan en las áreas litorales y en los valles regados del interior peninsular; los cítricos en la Comunidad Valenciana y Andalucía.

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