Valle-Inclán: La Estética del Esperpento y su Vínculo con el Modernismo y la Generación del 98
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La Importancia de Valle-Inclán en la Generación del 98 y el Modernismo
Ramón del Valle-Inclán fue considerado el más brillante de los representantes españoles del Modernismo, pero también participó de la preocupación noventayochista por España. Su interés por renovar el lenguaje poético le llevó a recoger los logros simbolistas e impresionistas y a desarrollar una original lengua literaria en la que confluyen variados tonos y registros con metáforas, americanismos, neologismos, jergas callejeras, entre otros. En las cuatro novelas que integran sus Sonatas (1902-1905), la ambientación, la musicalidad, el aristocratismo de lujosas descripciones y la nostalgia de un mundo decadente las convierten en la mejor manifestación del Modernismo en prosa.
Caracterización del Esperpento
El Esperpento de Valle-Inclán no es solo un género literario, sino una estética y, por lo tanto, una visión del mundo, a la cual llega el escritor desde unas concretas circunstancias históricas españolas y una determinada posición crítica. Esta ideología y estética coincide con un movimiento general europeo que cuestiona la literatura y la sociedad anteriores: primero el Modernismo y, años después, la vanguardia.
El Esperpento supone una deformación o descoyuntamiento de la realidad, empleado como único modo de reflejar críticamente la realidad. Con ello, además, se provoca una toma de conciencia directa del carácter absurdo de la realidad.
Algunas de sus características son:
- Lo grotesco como forma de expresión: la degradación de los personajes y la reducción de ellos a mero signo o a muñecos, la animalización o fusión de formas humanas y animales, el paso a la literatura del lenguaje coloquial, la mezcla de mundo real y de pesadilla, etc.
- La deformación sistemática de la realidad: la apariencia de burla y caricatura de la realidad, y el significado profundo, cargado de crítica e intención satírica que constituye la auténtica lección moral.
- La presencia de la muerte como personaje fundamental.
La Plasmación del Esperpento en Luces de Bohemia
Valle-Inclán refleja los principios del Esperpento en la Escena XII de Luces de Bohemia, durante la agonía de Max Estrella. El poeta ciego explica que la tragedia española no es tragedia en el sentido clásico, sino que se expresa a través de una estética sistemáticamente deformada. “Los héroes clásicos —dice— han ido a pasearse en el Callejón del Gato”, una callejuela madrileña cuyas paredes lucían espejos cóncavos y convexos que distorsionaban las imágenes que reflejaban.
Con esta analogía, Valle intenta dar una idea de qué pretende con el Esperpento. “La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas”. Remite al procedimiento creativo de descomposición y recomposición visual del cubismo, herramienta literaria que utilizará para retratar esa “deformación grotesca de la civilización europea” que, para Max Estrella, era España.