Valores y Normas Morales: Guía para la Conducta Humana
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Factores que Orientan Nuestra Conducta
El ser humano orienta su conducta en función de una serie de factores entre los que cabe citar:
- El placer y los instintos, que le hacen actuar de acuerdo a lo que le agrada y evitar lo que le desagrada.
- La presión social, que le lleva a imitar modelos de comportamiento de la sociedad en la que vive.
- Las normas y leyes establecidas para organizar la convivencia.
- Los valores y las normas morales.
Valores Morales
Los valores morales son aquellas cualidades o ideales humanos que apreciamos especialmente. A todo valor se le opone un contravalor o valor negativo. Así, a la bondad se le opone la maldad; a la libertad, la esclavitud; a la igualdad, la desigualdad; y a la justicia, la injusticia. De la misma manera que apreciamos los valores morales positivos rechazamos los negativos.
A lo largo de la vida, como resultado de nuestra experiencia y reflexión según crecemos como personas, organizamos estos valores en una jerarquía que constituye nuestra identidad moral. Esta jerarquía de valores:
- Nos ayuda a situarnos en la realidad y a interpretarla en un sentido moral y
- Orienta nuestro comportamiento y nos guía en las decisiones que tomamos y que implican nuestra vida presente y futura.
Normas Morales
Las normas morales son las pautas de comportamiento, hábitos o reglas que tienen como objetivo regular la convivencia. Se exponen en forma de mandato o imperativo que nos obliga a comportarnos de una manera determinada.
Las normas morales son pautas de comportamiento o reglas que tienen como origen un valor moral.
- El subjetivismo moral defiende que cada persona es libre de dotarse y adquirir unos valores morales determinados como guías de conducta, por lo que podrían existir tantos sistemas morales como individuos.
- El universalismo moral defiende que, para facilitar la convivencia, compartimos unas normas morales básicas que cualquier persona puede reconocer y desear como válidas para uno mismo y para los demás. A esos mínimos morales compartidos los llamamos valores cívicos.
Autonomía y Heteronomía Moral
Autonomía Moral
La palabra autonomía proviene de dos vocablos griegos y significa "darse la ley a uno mismo".
La autonomía es la capacidad que tiene el ser humano de darse a sí mismo libre y voluntariamente las normas que guiarán su conducta. Es la capacidad de reflexionar y elegir para sí aquellas normas o leyes que todos deberíamos darnos a nosotros mismos porque son, en realidad, las que nos hacen progresar como personas.
La autonomía implica la reflexión sobre las normas y los valores establecidos y la voluntad de elegir lo más conveniente, aun en contra de nuestras apetencias.
Heteronomía Moral
La palabra heteronomía también proviene de dos vocablos griegos, y significa "recibir la ley de otro".
Una persona es heterónoma cuando actúa o decide según principios o valores que le son impuestos o que no pone en cuestión. La actuación de una persona heterónoma viene dictada por:
- Los instintos, las inclinaciones o las querencias propias.
- La tradición y las normas sociales asumidas de forma irreflexiva.
- La autoridad, sea del tipo que sea.
El Desarrollo Moral
El desarrollo moral consiste en madurar desde la heteronomía, que supone la actuación irreflexiva o basada en la autoridad de otros, hacia la autonomía moral, que implica actuar según unas normas sobre las que hemos reflexionado y que pretenden ser las mejores para cualquier ser humano. Así, cuando maduramos, ganamos en autonomía, libertad y responsabilidad.
Niveles del Desarrollo Moral
- Nivel preconvencional: Las personas enjuician las cuestiones morales según sus propios intereses.
- Nivel convencional: Se respetan ciegamente la autoridad y las leyes, y las normas morales se encuentran según interesan al orden social establecido.
- Nivel posconvencional: La persona hace suyos principios morales universales ideales en los que debería basarse cualquier sociedad, los antepone a los que aprendió en su sociedad y comprende el carácter de utilidad social de las leyes.