Vanguardias literarias en España: Creacionismo y Ultraísmo

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La vanguardia literaria en España

Los ecos de las vanguardias llegaron pronto a España. El primer propagador fue Ramón Gómez de la Serna. Sin embargo, hasta finales de la Primera Guerra Mundial, no surge en España un movimiento vanguardista organizado. Es entonces cuando pasa por Madrid el poeta chileno Vicente Huidobro, uno de los iniciadores del Creacionismo en París.

Huidobro difundió los principios de la estética creacionista, según la cual el poeta no ha de imitar a la naturaleza, sino que debe crear en sí mismo nuevas realidades. El poeta recurre a la imagen, pero no al modo tradicional como alusión a un referente real, sino en una asociación ilógica que rompa con lo esperable y verosímil, para establecer entre las dos realidades una relación arbitraria, que el poeta crea de la nada. El ideal es la imagen múltiple.

Influencia del Creacionismo en España

En España, el Creacionismo influyó decisivamente en la obra de dos importantes poetas: Gerardo Diego y Juan Larrea. También contribuyó a expandir los principios fundamentales de la vanguardia y estuvo en el origen de un ismo hispánico: el Ultraísmo.

El Ultraísmo: Un movimiento ecléctico

El Ultraísmo recoge ingredientes de diversas vanguardias con la intención de encontrar diferentes caminos a los del Modernismo epigonal. Utilizó como cauce de expresión las revistas literarias, muy numerosas y en general fugaces.

Por su carácter ecléctico, la estética ultraísta toma de las otras vanguardias el anhelo de experimentación formal y temática, y la hostilidad a la tradición. Se concibe la poesía como la creación de una nueva realidad, independiente del mundo existente y tan real como él. En consecuencia, cambia el concepto de belleza, ya que no se encuentra en la realidad exterior, sino en el propio poema.

Es evidente en estos elementos ultraístas la impronta del Futurismo, con su rechazo de los temas tradicionales y su preferencia por los asuntos carentes de connotaciones literarias. Al desligarse la poesía del mundo exterior en su afán de crear una realidad original, se aleja el artista de cualquier responsabilidad moral respecto de ese mundo, puesto que la moral pertenece al ámbito de la realidad.

Características formales del Ultraísmo

  • Rechazo de metros y estrofas tradicionales y su sustitución por el verso libre.
  • Supresión del adjetivo.
  • Empleo de neologismos y abuso de las palabras esdrújulas.
  • Propensión al fragmentarismo.

Se da gran importancia a la metáfora, que se convierte en el principal procedimiento expresivo. Como en la imagen múltiple creacionista, la metáfora adquiere independencia al eliminar su naturaleza compartida. La metáfora vanguardista elimina ese nexo lógico, con lo que el único modo de captar su sentido es por medio de la intuición y no de la razón.

Legado del Ultraísmo

El Ultraísmo tuvo una vida efímera, y a mediados de la década de los veinte se le consideraba extinguido. Su principal aportación fue la aclimatación de las ideas vanguardistas en la literatura española, la apertura de nuevos horizontes que aprovecharon luego fecundamente los poetas de la Generación del 27.

Como ultraístas destacan: Jorge Luis Borges y Guillermo de Torre.

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