Velázquez: Maestría Barroca en Las Meninas y Las Hilanderas
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Las Meninas: Obra Maestra de Velázquez
- Autor:
- Diego de Silva y Velázquez (1599-1660)
- Cronología:
- 1656
- Estilo:
- Barroco
- Técnica:
- Óleo
- Soporte:
- Lienzo (3,18 m x 2,76 m)
- Localización Actual:
- Museo del Prado, Madrid
Comentario Artístico y Detalles Clave
Luca Giordano, célebre pintor, se refirió a este cuadro como la "teología de la pintura", destacando su insuperable maestría. Velázquez se deleitó en la creación de efectos lumínicos, inundando de luz a las figuras del primer plano y sumiendo en penumbras a las más alejadas. Este contraste lumínico no solo realza la composición, sino que también contribuye a generar una profunda ilusión de espacio y profundidad en la escena.
La paleta empleada es notablemente clara y luminosa, exhibiendo una gran riqueza de colores y matices. Las pinceladas son largas y fluidas, logrando difuminar los contornos y otorgar una sensación de movimiento. Las formas etéreas de los reyes, reflejadas en el espejo, fueron ejecutadas con una técnica particular: un pincel humedecido con más trementina que pigmento, lo que les confiere una cualidad casi fantasmal.
Los personajes del primer plano están estratégicamente dispuestos en dos grupos de tres. En el grupo central, destaca la infanta Margarita, flanqueada por sus damas de compañía: María Agustina Sarmiento, quien le ofrece agua, e Isabel de Velasco, que se inclina ante ella.
Las Hilanderas o La Fábula de Aracne: Un Enigma Barroco
- Autor:
- Diego de Silva y Velázquez (1599-1660)
- Cronología:
- 1652-1655
- Estilo:
- Barroco
- Técnica:
- Óleo
- Soporte:
- Lienzo (2,90 m x 2,20 m)
- Localización:
- Museo del Prado, Madrid
Interpretación y Simbolismo
La obra narra la fábula de Aracne, una tejedora de excepcional habilidad que osó desafiar a los dioses. Atenea, disfrazada de anciana, la retó a una competición. Aracne tejió un tapiz que representaba El rapto de Europa, una obra que exponía un momento de debilidad del padre de Atenea, Zeus. La diosa, furiosa por la calidad y el atrevimiento de la obra, transformó a Aracne en araña.
En el primer plano de la pintura, Velázquez representa la competición de manera velada, donde los personajes mitológicos se humanizan. La joven de espaldas, vestida con blusa blanca y falda azul, es Aracne, mientras que la anciana de la rueca es Atenea, cuyo disfraz es sutilmente revelado por su joven pierna desnuda.
En la habitación del fondo, se observan tres mujeres. Aracne y Atenea se encuentran frente al tapiz tejido por la primera, que es un claro homenaje a Tiziano. La presencia de un violonchelo sugiere que la música, según la tradición popular, tenía el poder de curar las picaduras de araña, añadiendo otra capa de simbolismo. En esta estancia elevada, los personajes visten con mayor riqueza y sus peinados son más elaborados, simulando una refinada escena cortesana. La perspectiva aérea está magistralmente trabajada con pinceladas sueltas, creando efectos de distancia y corporeidad que enriquecen la composición.