La Vía de la Plata y la Romanización de la Península Ibérica

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La Importancia de las Ciudades en la Romanización

No sería hasta el 19 a. C. cuando se completó la conquista de la Península con las llamadas guerras cántabras. Durante la conquista de la Península, Roma no dejó de fundar nuevas ciudades que contribuirían triplemente a la romanización:

  • Muchos de esos enclaves se constituyeron a partir de asentamientos militares romanos.
  • El reparto de tierras entre los veteranos asentados en la zona permitía la puesta en marcha de la colonización agrícola.
  • El aumento del número de ciudades estimulaba el intercambio comercial y hacía progresar la zona circundante.

La División de la Península en Provincias

Hacia el año 14 a. C., la Península quedó dividida en tres territorios o provincias:

  • Tarraconensis, la más grande, incluía el norte, este y centro de la Península, con capital en Tarraco.
  • Baetica, en el sur, era uno de los territorios más romanizados, con Corduba (Córdoba) como centro administrativo.
  • Luisitania, en el área sudoccidental de la Península, con Emerita Augusta (Mérida) como capital.

Aunque esta división se mantuvo vigente durante más de dos siglos, acabaría por hacerse más compleja con el paso del tiempo. En el 212, el emperador Caracalla subdividió la Tarraconensis, de donde saldría la nueva provincia en el ángulo noroccidental de la Península.

Antes de acabar el siglo III, en el 297 d. C., Diocleciano volvió a subdividir lo que quedaba de la Tarraconensis con la provincia Carthaginensis.

La Vía de la Plata

La construcción de vías o calzadas en la Hispania conquistada por Roma pronto se convirtió en un factor importante de dominio. La Vía de la Plata (Iter ab Emerita Asturicam), construida a lo largo de los siglos I y II d. C., conectaba dos importantes ciudades romanas: Asturica Augusta y Emerita Augusta. La calzada, con unos 450 kilómetros, desempeñó un papel importante en el tránsito de los productos mineros procedentes del noroeste de la Península. Cada 35 kilómetros contaba con albergues para el descanso de las personas y de las bestias llamados mansio.

Emerita Augusta

La colonia de Emerita Augusta (Mérida) fue fundada en el año 25 a. C. en la orilla derecha del río Guadiana. Su situación estratégica como encrucijada de caminos acabó convirtiéndola en la capital de la nueva provincia de la Lusitania. Como ciudad principal de la provincia, llegó a contar con los edificios propios de una gran urbe: el teatro, comenzado en tiempos de Augusto, tenía una capacidad para unas 6.000 personas, siendo uno de los mejor conservados.

También contó con un desarrollado sistema de pantanos y debió de contar con dos foros.

Las Ciudades de la Vía

Desde Emerita, la Vía en dirección norte hasta alcanzar Norba Caesarina (Cáceres), fundada hacia el año 34 a. C., junto a dos campamentos romanos.

Más arriba, Salmantica (Salamanca). La continuidad de la Vía de la Plata a través de la ciudad. Desde Salmantica, la ruta romana seguía hasta Ocellum Durii (Zamora) y a través de Brigaecium (Benavente) alcanzaba su destino final: Asturica Augusta (Astorga).

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