El Viaje Emocional de la Maternidad: Transformaciones Psicológicas en Cada Trimestre
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Primer Trimestre: Adaptación y Fluctuaciones Emocionales
Durante el primer trimestre, es común experimentar períodos de emociones fluctuantes. Las principales tareas psicológicas en esta etapa incluyen la aceptación de la gestación, la resolución de elecciones en el estilo de vida y la incorporación mental de la presencia del feto.
Existen factores de riesgo que pueden aumentar la incidencia de trastornos psicológicos y, posiblemente, un mayor malestar fisiológico durante este período. Estos incluyen:
- Reacción negativa a la gestación y a la pareja.
- Experiencias desagradables previas con embarazos.
- Motivación poco clara para el embarazo.
- Pocas personas en quienes buscar apoyo.
- Un gran cambio en el estilo de vida debido a la gestación.
Segundo Trimestre: Consolidación y Vínculo Fetal
El segundo trimestre se caracteriza por ser una época de menos cambios emocionales intensos. Las reacciones emocionales pueden centrarse en los cambios de la imagen corporal y la sexualidad. La principal tarea psicológica de la gestante es comenzar a considerar al neonato como alguien separado de ella misma. La percepción del movimiento fetal es fundamental y ayuda significativamente en este proceso.
La inminente realidad de la maternidad implica una cierta pérdida de autonomía y control. En algunas mujeres, esto puede provocar sentimientos conflictivos relacionados con la libertad personal, la independencia y la dependencia de otros. Los cambios en la relación de la mujer con su pareja, a medida que el niño se convierte en una realidad palpable, también pueden ser causa de estrés o alteraciones emocionales conforme la gestación se acerca a su fin.
Tercer Trimestre: Preparación para el Parto y la Maternidad
En el tercer trimestre, las reacciones emocionales pueden intensificarse a medida que el malestar físico se torna más agudo. Las dificultades con el sueño y los síntomas somáticos asociados con el aumento del tamaño uterino son frecuentes. A menudo, aumenta la ansiedad acerca de la salud del niño, la experiencia del parto y los cambios en los roles y relaciones de la futura madre.
La principal tarea psicológica de la mujer en el tercer trimestre es comenzar a considerarse madre. Se ha demostrado que la confianza que tiene una mujer en su capacidad para afrontar el dolor en el trabajo de parto representa el 50% del dolor en el comienzo del trabajo de parto y el 33% del dolor en el trabajo de parto activo. Una adecuada información sobre el parto y el respaldo de las personas que acompañan a la madre en ese momento crucial aumentarán la confianza y colaboración maternas.